Mi perro y yo exploramos lugares abandonados a lo largo de Europa

Mis pasos resuenan por la sala vacía, todas las puertas están cerradas. Abro una de ellas, la más lejana. Esto supera todas mis expectativas: mucho deterioro, un bonito papel de pared, un cochecito y una jaula para pájaros, todo muy viejo. Perfecto. Pero hay incluso más sorpresas tras las otras puertas cerradas.

Hasta ahora, ella ha estado silenciosa, sabe que no puede hacer ningún ruido que revele nuestra presencia. Pero ahora está algo nerviosa, porque es hora de hacer su trabajo. Hora de hacer lo que más le gusta: posar como modelo. Se llama Claire y es mi modelo favorita, mi musa.

Claire es un bullterrier de 3 años, pero ella no se ve a si misma como un perro, tiene ciertas características humanas. Juntos, hemos estado explorando edificios abandonados desde hace algo más de 2 años. Hemos visitado prisiones, bases militares, minas de carbón, trenes, aviones, iglesias, monasterios, hospitales, granjas y casas privadas. Hemos viajado mucho por varios países europeos en busca de lugares abandonados y deteriorados.

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