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Se acabó el verano para la «ciudad maravillosa» de Brasil. En una serie de las fotos nuevas extrañas y depresivas, publicadas la semana pasada, los estadios olímpicos de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro parecen sucios y abandonados apenas 6 meses después de que terminaron los Juegos, incluido el estadio legendario de Maracaná. En una ciudad que tenía grandes expectativas de escapar de la pobreza y la deuda recuperando el dinero gastado, estas son las ruinas de los sueños destruidos.

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Río 2016 fue marcado por escándalos antes de empezarse, incluido el brote del virus Zika, informes del dopaje en el atletismo ruso y la impugnación de la presidenta Dilma Rousseff por corrupción. La segunda ciudad más grande de Brasil tiene una deuda de millones de dólares a los acreedores internacionales y ahora también debe más de 900 miles de dólares a una compañía de energía local.

Las piscinas turbias, el terreno desgastado y el vandalismo se encuentran por todo el parque Olímpico. Los asientos fueron arrancados de un estadio antes icónico. El futuro de estos edificios abandonados permanece incierto pero es improbable que sean una prioridad en una lista larga de los desafíos de Río.

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Créditos de imágenes: Carolina Oliveira Castro

Créditos de imágenes: Silvia Izquierdo

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Créditos de imágenes: Vanderlei Almeida

Créditos de imágenes: Silvia Izquierdo

Créditos de imágenes: Vanderlei Almeida

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Créditos de imágenes: Nacho Doce

Créditos de imágenes: Nacho Doce

Créditos de imágenes: Pilar Olivares

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Créditos de imágenes: Nacho Doce

Créditos de imágenes: Yasuyoshi Chiba

Créditos de imágenes: Silvia Izquierdo

Créditos de imágenes: Nacho Doce