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La gente encuentra muchas formas creativas de tratar con conductores imbéciles, pero esta mujer fue tan irrespetuosa que necesitaba una lección de las que no se olvidan. No solo aparcó en una zona prohibida en Larkspur, California, sino que también pidió «calma» al capataz que estaba trabajando en la obra que ella estaba interrumpiendo aparcando allí.

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Por suerte, el chico no perdió los nervios y se le ocurrió un plan ingenioso para vengarse de la diva. Continúa hacia abajo para ver cómo se desarrolló todo en sus propias palabras, ¡y cuéntanos en los comentarios si crees que la respuesta fue apropiada!

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