ADVERTISEMENT

Este es B.B., un caniche de criadero que se ha pasado la vida encerrado en una jaula en un sótano. El criadero, en Carolina del Norte, fue asaltado y desmontado el pasado septiembre por la Sociedad Humana de Estados Unidos (HSUS). Los empleados vieron que el perro había sido usado para criar una vez tras otra. «Era diminuta, parecía una criatura indefensa,» dijo a The Dodo Jessica Lauginger, gerente de crímenes contra animales en HSUS.

ADVERTISEMENT

B.B. fue llevada al Hospital de animales Cabarrus, donde llamó la atención de Brenda Tortoreo, que trabaja ahí como recepcionista. «B.B. estaba en una esquina. Daba pena, estaba aterrorizada… Y me dije que esa era la que me iba a llevar a casa.»

Pero tras pasar toda su vida en una jaula, el caniche parecía confuso en el hogar de Tortoreo. «Puse a B.B. en el suelo y no hacía más que dar círculos caminando. Creo que eso es todo lo que sabía hacer.»

«Nunca supo lo que era el sol,» dijo Tortoreo. «No sabía lo que era el césped y le daba mucho miedo.» Pero poco a poco, el perro se fue acostumbrando. «Ahora corre por la casa. Ciertamente ha salido de su caparazón, ahora es mi princesita.»

ADVERTISEMENT

Más información en: Humane Society of the United States | Facebook | Instagram (via)

Este es B.B., un caniche de criadero que se ha pasado la vida encerrado en una jaula en un sótano

Los empleados vieron que el perro había sido usado para criar una vez tras otra

ADVERTISEMENT

«Era diminuta, parecía una criatura indefensa»

B.B. fue llevada al Hospital de animales Cabarrus, donde fue adoptada por una recepcionista llamada Brenda Tortoreo

«B.B. estaba en una esquina. Daba pena, estaba aterrorizada…»

ADVERTISEMENT

«Y me dije que esa era la que me iba a llevar a casa»

Pero tras pasar toda su vida en una jaula, el caniche parecía confuso en el hogar de Tortoreo

“Puse a B.B. en el suelo y no hacía más que dar círculos caminando”

ADVERTISEMENT

“Creo que eso es todo lo que sabía hacer»

«Nunca supo lo que era el sol. No sabía lo que era el césped y le daba mucho miedo»

Pero poco a poco, el perro se fue acostumbrando: «Ahora corre por la casa»

“Ciertamente ha salido de su caparazón, ahora es mi princesita»