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Estos dos cachorritos callejeros han sido adoptados hace poco por unas monjas budistas de una pagoda en la ciudad de Ho Chi Minh en Vietnam, y desde entonces no han parado de abrazarse. Aunque el cachorro más grande aún es un pequeñín y parece desvalido para cuidar siquiera de sí mismo, sigue protegiendo a su pequeño amigo con su abrazo.

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No podemos evitar preguntarnos qué experiencias habrán vivido estos dos en la calle para hacerlos parecer tan asustados y vulnerables. Por suerte, ahora ambos están en un templo, en buenas manos. Se están acostumbrando a su nuevo hogar e incluso intentan aprender meditación de las monjas. ¡Solo hay que ver su pose tan Zen!

(via: dailymail)

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    El cachorro mayor siguió abrazando a su amigo como para protegerlo

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    No podemos evitar preguntarnos qué experiencias habrán vivido estos dos en la calle

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    Pero ahora, estos pequeños adquieren mayor confianza cada día

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    Porque ahora están en un lugar seguro

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    Y el cachorro más grande se relaja más y más

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    Porque ahora sabe que también tiene quien lo proteja a él

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