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Este es Rick Anderson, un australiano que tiene una amiga que es ni más ni menos que un tiburón de Port Jackson hembra. Cada vez que lo ve, ella viene a darle mimos. «Empecé a jugar con ella hace unos 7 años, cuando era una cría de 15 cms de largo,» dijo Anderson a The Dodo. «Me acerqué con cuidado para no asustarla, y empecé a darle suaves palmaditas. Una vez que se acostumbró a mi, la acunaba en mi mano y hablaba con ella tranquilamente a través del regulador.»
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Este hombre lleva 27 años buceando y lleva una escuela de buceo. «En las temporadas siguientes, ella me reconocía y nadaba hacia mi para que le diera palmaditas y mimos. Se acostumbró a mi hasta el punto de nadar hacia mi cuando me veía pasar y me tocaba las piernas hasta que la abrazaba.»
«La mayoría de los buceadores que ven esto por primera vez, no pueden creerselo,» añadió. «No le doy comida, ni a ella ni a ningún otro de los tiburones con los que juego, solo la trato como trataría a un perro.»
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