Nos encanta hablar de los inicios de una relación: mencionamos quién tenía el perfil de Tinder más gracioso, dónde fue la primera cita, y cómo fue conocer a los padres. Aunque a veces nos olvidamos de que el final también importa, ya que puede acabar de la mejor manera… o de la peor. Mientras algunas rupturas vienen acompañadas de lágrimas, abrazos y despedidas, otras son mucho más… dramáticas. Para mostrar hasta dónde puede llegar el ser humano cuando quiere venganza, hicimos una lista con historias que encontramos en Internet sobre las represalias que tomaron algunas personas contra sus ex. ¡Uf!
This post may include affiliate links.
Bueno, esto va a sonar cruel, pero escúchenme un momento. Después de que mi ex me engañó, estaba furiosa, así que planeaba tirar todas sus cosas a la basura. Mi amiga quiso convencerme de quemarlas, pero se me ocurrió una idea mejor. Vivo en la misma ciudad donde él vive y trabaja, todo en el radio de unas pocas cuadras. Muchas de las personas en situación de calle de la zona ya me conocen y suelen quedarse en los mismos puntos habituales de nuestras manzanas.
Tomé toda su ropa, sus zapatillas y demás cosas que había dejado en mi casa y las puse en una caja cerca del callejón que frecuentan las personas en situación de calle. Escribí un cartel que decía: “Tomen lo que quieran”. Al final, esas personas obtuvieron ropa de buena calidad y ahora la lucen frente a mi ex, quién ―estoy segura― podrá reconocerla al caminar por la ciudad. Nunca volví a hablar con él después de la separación, pero sí vi a varias personas usando sus camperas y zapatillas. Siento que hice una buena acción, porque esas personas recibieron ropa cara y de buena calidad para mantenerse abrigadas y sentirse bien. Y, la verdad, me da satisfacción imaginarlo dándose cuenta de que hay gente usando sus cosas favoritas.
Qué cruel ni que nada, hiciste una buena acción dandole su merecido a quién te hizo daño, eso es matar 2 pajaros de un tiro
Mi ex era un DJ que tocaba con vinilos. Una noche me trató realmente mal y tuvimos una pelea muy fuerte, así que me levanté en la madrugada, saqué todos sus vinilos y los puse en fundas equivocadas. Tenía cientos de ellos, por lo que me llevó un buen rato. Después guardé las cosas que tenía en su casa en un pequeño bolso y me fui. Se suponía que tenía que tocar en un evento al día siguiente. Me enteré de que estaba enfurecido.
Mi ex me engañó y dejó embarazada a la otra mujer. Unas semanas después, medio borracha, estaba de compras con una amiga cuando me crucé con la madre y la hermana de él. Las felicité. Me preguntaron por qué y les dije: “¡Por el bebé!. Su hermana quedó helada, mientras que su mamá ya sospechaba algo porque él había hecho algunos comentarios extraños. Cuando se enteró de que fui yo quien les dio la noticia, ¡se puso furioso! Dios mío, fue maravilloso.
Mi novio de aquel entonces tenía una camiseta favorita que había comprado en el extranjero hacía años. La prenda ya estaba bastante gastada y, aunque buscó por todas partes durante mucho tiempo, nunca pudo encontrar otra igual. Él realmente amaba esa camiseta.
Como se acercaba su cumpleaños decidí hacer una copia de la camiseta como regalo. Me resultó fácil, ya que solía ser diseñadora gráfica. También hice algunas más en distintos colores para él y una para mí. Después me enteré de que me estaba engañando y nos separamos. Poco después, comencé a salir con otra persona.
Como todavía estaba un poco resentida por lo que había pasado, le regalé una de esas camisetas a mi nuevo novio y le conté la historia. Nos sacamos una foto los dos usando las camisetas y la subimos a las redes sociales. Mi ex vio la publicación y enloqueció. Me escribió para preguntarme dónde había conseguido las camisetas. Le expliqué que las había hecho para su cumpleaños, que era una lástima, pero que ―además de regalarle una a mi nuevo novio― había donado el resto a una organización benéfica. ¡Se puso furioso! Por un momento pensé que iba a llorar. Sí, fue un golpe bajo, pero definitivamente valió la pena.
Mi hermana le dijo a un ex que él nunca se casaría porque nadie iba a soportar sus tonterías. Hace poco ella recibió por correo una invitación a la boda de su ex, acompañada de un “te equivocaste”. Mi hermana confirmó su asistencia. Cuando él recibió su respuesta, le escribió desesperado para preguntarle si hablaba en serio, ya que jamás pensó que realmente fuera a ir (y su futura esposa no sabía que la había invitado). Mi hermana le dijo que, por supuesto, iría, y agregó que pensaba ir vestida de blanco. Él lleva días escribiéndole y rogándole que no vaya, para no tener que dar explicaciones.
Nunca cometas el error de creer que puedes ser más vengativo que mi hermana. Ella es capaz de cualquier cosa.
Mi ex me engañó. Hice que su mejor amigo se pusiera en su contra simplemente contándole todo lo que él había hecho. No fue mi intención, pero terminó perdiendo a todo su grupo de amigos por ello. La verdad, le tengo mucho respeto a su mejor amigo y los demás, que se negaron a tolerar la forma en que mi ex trataba a sus novias.
Me metí a la sección de “seguir viendo” en la cuenta de Netflix de mi ex e hice que todas las series que estaba mirando quedaran marcadas en el último episodio de la última temporada. Así, él perdería el hilo de lo que estaba viendo y, con suerte, le espoilearía algo.
Descubrí que mi novio, con el que llevaba saliendo 2 años, me había vuelto a engañar después de que juró que la primera vez había sido un incidente aislado y que “No volvería a pasar”. Sí, fui una tonta por darle otra oportunidad. Está vez fingí no saber nada.
Planeé un falso viaje “con todos los gastos pagos” a Hawái con varias semanas de anticipación. Él no había tenido vacaciones en años, así que estaba muy ilusionado. Le pedí su opinión sobre hoteles, excursiones, todo. Se pidió los días en trabajo y ya tenía todo listo. Dos días antes de la fecha en que se suponía que íbamos a viajar, le mandé un explosivo mensaje diciéndole que sabía de lo suyo con Sheri y había sido un tonto por creerse lo del viaje. Se puso furioso, y yo disfruté mucho imaginando cómo habrá pasado de la emoción total a una desilusión absoluta. Esto fue hace 20 años; hoy en día tengo 50 y no me arrepiento de nada.
Me vengué de mi primer novio. Pasó de llamarme todas las noches a hacerme ghosting de un día para el otro, sin ninguna explicación. Yo, siendo una adolescente, quedé devastada. Un par de años después, me escribió de la nada, fingiendo que simplemente nos habíamos distanciado. Me dijo que me extrañaba y que quería verme. Decidí seguirle el juego: lo dejé entusiasmarse con la idea de una cita y acordamos la hora y el lugar. Más tarde me mandó un mensaje avisando que ya había llegado… y entonces fui yo la que le hizo ghosting. Nunca más volví a responderle.
Mi ex novia registró mi teléfono y correo en todas las listas de contactos de grupos religiosos que pudo encontrar. Durante dos meses, mi teléfono no dejó de sonar por culpa de todas las iglesias y evangelizadores que no paraban de llamarme. Querían dinero y enviarme folletos y biblias. Los que tenían la dirección de mi casa me hicieron llegar sus panfletos y biblias. Me tomó mucha paciencia —y a veces algunos gritos producto de la frustración— lograr que me eliminaran de todas las listas.
Él me dejó y se mudó. Una semana después volvió por sus cosas. Se estaba yendo a vivir con la chica con la que había estado haciendo videollamadas mientras estábamos juntos. Felizmente lo ayudé a subir todas sus cosas al auto y le dije que había dado en adopción a su perro.
Cabe aclarar que había comprado a esa golden retriever tres meses antes. Nunca la sacó a pasear, ni la llevó al veterinario, ni limpió ninguno de sus desastres. Yo estaba por mudarme a otro estado y encontré un buen hogar para ella donde realmente la iban a cuidar. Él se enfadó, pero no pudo reclamar mucho.
Puse una capa muy fina de miel en el parabrisas delantero y trasero de su camioneta. También en la parte inferior de las manijas de las puertas.
Mi ex me engañó con un hombre casado, ahora viven juntos. Él es un desastre de persona, pero bueno. Todavía tengo el acceso a su DVR, así que borré todos sus programas y luego dejé grabado solo el programa “Infieles”. Es una tontería, pero me hace reír.
Dato adicional: también configuré el programa para que solo pudiera borrarse manualmente y para que dejara de grabar tres horas después de que terminara el episodio.
Mi ex estaba teniendo una aventura con su jefe. En venganza, envié un correo anónimo al supervisor de su amante —a quien, de por sí, no le caía nada bien— con pruebas, haciéndolo pasar por un mensaje enviado desde dentro de la empresa. Al final, despidieron a los dos.
Le dijo a un reclutador del ejército que yo quería enlistarme e hizo que fuera a mi casa a conocerme. Al final, terminé enlistándome. ¡Fueron los mejores seis años de mi vida! Gracias, cretina.
Mi ex esposa se fue de la casa mientras yo estaba haciendo mi entrenamiento básico y se llevó todas las cucharas de la cocina: las cucharas para servir, las cucharitas de té, las cucharas soperas e incluso las cucharas de medir. Dejó todos los cuchillos y tenedores. ¿Quién hace algo así?
Me robó un zapato de cada par que tenía.
Mi primer novio del secundario no tenía buenas notas, así que me pidió que falsificara un boletín de calificaciones para mostrárselo a sus padres y evitarse problemas. Además, me engañó con mi mejor amiga y me dejó. Después me prometió que volvería conmigo si le hacía el boletín falso.
Acepté… hasta el día en que nos entregaron los boletines en la escuela; ahí le dije que no lo había hecho. Cuando llegó a su casa, su padre lo reprendió duramente cuando vio sus pésimas calificaciones.
Le robé la última botella de una salsa picante importada que sus padres le enviaban desde el extranjero. La usaba para absolutamente todo, y supongo que tuvo que esperar al menos dos meses para conseguir una nueva botella.
Me engañó el día de mi cumpleaños. Me dejó esperando en casa mientras él andaba por ahí encontrándose con otra. Esto después de que me mudara a su país para estar con él. Entonces, corté agujeros en las axilas de todas sus camisas de trabajo y, para darle la falsa esperanza de que algunas se habían salvado, les rocié lejía en lugares ocultos. Después me llevé todos los comestibles y productos de higiene que yo había comprado, ya que él se negaba a poner la mitad para comprar las cosas para la casa, a pesar de que yo cubría la mitad del alquiler y del auto (y ganaba muchísimo menos que él). Recibí un mensaje unos días más tarde que decía: “¿¡Te llevaste todo el papel higiénico?!”. Cada vez que me acuerdo, me río como villano de caricatura.
Me enteré de que mi esposo llevaba años teniendo una relación paralela con su compañera de trabajo. Tenía su dirección porque le enviábamos tarjetas de Navidad, así que ese año le mandé una bomba de brillantina de forma anónima. Mi esposo y yo estamos en proceso de divorcio. Estoy segura de que ella sabía de quién venía, pero nunca escuché nada sobre eso.
Cuando terminé con mi ex, le dije que volviera en dos semanas para recoger el resto de sus cosas. Se enfadó y dijo que se mudaba en ese mismo momento. Así que agarró todo y lo metió en su coche y en el de su hermana cuando ella llegó. Luego se fue. Lo que él no sabía era que yo había sacado la llave de la casa de su llavero. Más tarde volvió e intentó entrar, pero no pudo abrir y yo había desactivado la puerta del garaje. Él llevaba semanas planeando esto y su intención era echarme de la casa. Han pasado 15 años.
Todavía tengo algunas de sus cosas.
Mi ex prometida y yo terminamos la relación, pero seguimos teniendo todo tipo de peleas. Además, ella no paraba de mandarme mensajes por cualquier tontería. Después de una pelea llegué al límite y llamé a —inserta compañía telefónica— para que le cortaran el servicio del móvil que yo pagaba.
Mi ex me engañó con nada menos que mi mejor amigo, me dejó y luego se mudó.
Por desgracia para ella, se olvidó de descargar en su ordenador la versión más reciente de su tesis de máster casi terminada, que incluía un giga de fotos, PDF y materiales necesarios, que tenía guardada en mi laptop.
Borré absolutamente todo.
