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La accesibilidad es un rasgo muy importante en cualquier sociedad civilizada: Todo el mundo, sin importar su nivel de movilidad, debería poder acceder y disfrutar de las instalaciones públicas. Y los accesos pobremente diseñados para las personas en silla de ruedas envían un mensaje insultante: "hemos puesto esto porque nos han obligado, pero no es lo bastante importante para que nos esforcemos en que de verdad ayude."
Entonces, la accesibilidad se convierte en algo simbólico, algo diseñado para mostrar que nos preocupamos, pero sin uso práctico. Por desgracia, las personas con discapacidades se encuentran a menudo con este tipo de actitud, y aparte de las continuas campañas pidiendo derechos de accesibilidad, poco más hay que hacer, salvo reirnos de estos tristes fallos de acceso que hemos recopilado.
Aquí debajo puedes ver por ti mismo como solo con buenas intenciones se puede acabar mal. Si ves ejemplos como estos en tu vecindario, asegúrate de informar a la concejalía o representantes locales.
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El parlamento portugués tuvo que volverse accesible al tener un miembro en silla de ruedas. Este es el resultado
Para bailar el limbo, debe ser
No se conforman con poner dos vías con forma de rampa en vez de una que además las instalan donde hay barras de metal de pasamanos. Un 10 en ejecución.
