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Cuando Abigail Jones nació el pasado 6 de Agosto, sus padres ya sabían que lo tenía todo en contra, pero entonces vino el diagnóstico: su pequeña tenía un tumor cerebral inoperable y probablemente no viviría mucho. A pesar de estas horribles noticias, Erika y Stephen Jones estaban determinados a llenar de amor la corta vida de su bebé. Esta emotiva sesión de fotos capta la agridulce vida de la familia.

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«Sabíamos que la vida de Abby tiene un propósito, no importa lo corta o larga que sea,» escribe Erika en el blog de la fotógrafa, Mary. Primero la pareja tuvo que hacerse a la idea de que Abigail, su segunda hija, iba a nacer con síndrome de Down, pero al saber sobre el tumor fue distinto. «Se nos rompió el corazón y se nos llenó la mente de preguntas y miedo a lo que estaba por venir.»

«El neurocirujano nos recomendó llevarnos a Abigail a casa y darle nuestro amor,» escribe Erika. «Así que hicimos eso, y el hospicio pediátrico nos ayudará en lo que está por venir. Hemos llenado a esta pequeña de amor y besos y seguiremos haciéndolo en cada momento que tengamos.»

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Más información en: 808photographyjax.com (via: abcnews)

«En el ultrasonido de las 30 semanas, nuestro médico descubrió una masa que se desarrollaba en el hemisferio izquierdo del cerebro de Abigail»

«En la resonancia magnética hecha tras el nacimiento, se confirmó que no se podía hacer nada para tratar el tumor, era demasiado invasivo y agresivo»

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 «Se nos rompió el corazón y se nos llenó la mente de preguntas y miedo a lo que estaba por venir»

«El neurocirujano nos recomendó llevarnos a Abigail a casa y darle nuestro amor»

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«Hemos llenado a esta pequeña de amor y besos y seguiremos haciéndolo en cada momento que tengamos»

«Se mueve, toma leche, hace ruidos, saca la lengua, abre los ojos, nos coge los dedos y hace todo lo que hace un bebé»

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«Lo más probable es que su vida se mida en semanas o meses, no en años»

«Nos duele el corazón por el tiempo que no tenemos»

«No queremos perder a nuestra hija. Queremos verla reír, bailar, pelearse con su hermana, montar en bici, ir al cole… queremos ver su vida»

Erika escribe que Dios «curará a Abigail, sea en nuestros brazos en esta tierra o en el momento en que exhale su último suspiro y esté en los brazos del Padre Celestial»