La confusión es común entre las personas: es un estado mental psicológico en el que nos falta claridad, comprensión o certeza sobre algo. Esta sensación puede deberse a la información contradictoria o compleja, a situaciones ambiguas o a la dificultad para procesar demasiadas cosas a la vez.
¿Te preguntas por qué lo mencionamos? Porquer eso es lo que definitivamente sentirás al ver estas imágenes "malditas", cortesÃa de la cuenta de Instagram "images2009". ¡Desprenden tanta energÃa caótica que tu cerebro no sabrá cómo reaccionar!
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Aunque probablemente nos enfrentamos a la confusión a diario, quizá no nos demos cuenta de cuánto abarca y de lo que ocurre en nuestro cerebro cuando la experimentamos. Asà que, para explorarla un poco más, empezaremos desde el principio.
La confusión, como emoción, pertenece a la familia de las emociones del conocimiento. Es una familia de emociones profundamente importante que se asocia con el aprendizaje, la exploración y la reflexión. Junto con la confusión, otras emociones pertenecen a esta familia, como la sorpresa, el interés y el asombro.
Se llaman emociones del conocimiento porque son causadas por el conocimiento y lo fomentan. Estas emociones surgen cuando las personas aprenden algo inesperado que contradice la información que creÃan verdadera. En el momento en que aprendemos algo nuevo, con el tiempo, se construye nuestro conocimiento sobre el mundo que nos rodea. Por lo tanto, las emociones del conocimiento son causadas por el conocimiento y, como resultado, lo fomentan.
En conjunto, la confusión, junto con el resto de las emociones del conocimiento, motiva a las personas a interactuar con cosas nuevas y desconcertantes en lugar de evitarlas. A diferencia de emociones como el miedo, la ira o la felicidad, las emociones de conocimiento no activan el cuerpo fÃsico, sino que involucran la mente, lo cual es muy importante para los seres humanos que están en constante aprendizaje.
La confusión en sà misma ocurre cuando nos enfrentamos a algo desconocido y difÃcil de entender a la vez. Su propósito es promover el pensamiento y el aprendizaje. Esto puede no ser tan obvio para nosotros, ya que tendemos a evitar la confusión cuando aprendemos algo nuevo. Disfrutamos comprendiendo la nueva información que se nos presenta, y un estado prolongado de confusión puede derivar en frustración o aburrimiento.
Sin embargo, la confusión puede ser productiva cuando se trata de aprender. La clave está en reconocerla y no permitir que persista demasiado tiempo. Por lo tanto, cuando una persona se enfrenta a nuevos conceptos o ideas, en lugar de frustrarse o aburrirse, deberÃa sentirse cómoda con la sensación y buscar una solución. Sentirse confundido puede ser realmente difÃcil, especialmente en una sociedad que le ha atribuido un estigma negativo. Reflexionar sobre los problemas y perseverar puede producir resultados muy positivos.
Si quieres seguir sintiendo más confusión gracias a estas imágenes malditas, no te pierdas nuestras listas anteriores aquà y aquÃ.