20 Coincidencias experimentadas por la gente que cuesta creer que hayan sucedido en realidad
Creas o no en el destino, no puedes negar que la suerte es sin duda un factor en nuestras vidas. Hay momentos en los que el universo parece alinearse perfectamente, para ofrecer algunas coincidencias extremadamente raras de las que probablemente hablarás incluso años después. Estas coincidencias pueden ser buenas, malas o (muy probablemente) una combinación de ambas. Pero lo que realmente importa es cómo reaccionamos ante estos eventos.
La comunidad online Quora se divirtió mucho contando esas coincidencias increíbles que han experimentado y les hicieron alucinar. Hemos recopilado algunas de sus historias más interesantes para compartirlas con vosotros, ¡no os las perdáis!
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Esta es una foto mía de cuando tenía casi 2 años, y un niño de unos 5 años que me dio de la mano en la fila esperando ver a Papá Noel, porque estaba asustada (según me explicó mi mamá).
Estaba hojeando álbumes de fotos unos 20 años después y pensé: vaya, el niño me resulta familiar. Estaba en una relación con un joven llamado Chris que se parecía a ese niño, crecimos en la misma ciudad. Les mostré la foto a él y a su mamá y, efectivamente, ¡era él! 17 años y 2 hijos después, ¡seguimos juntos!
Mi madre es cubana y cuando estaba en su primer año de enseñanza, estaba enseñando primer grado y tenía un niño que no iba bien. Los profesores decían que era un niño malo. Le resultaba difícil sentarse y prestar atención, por lo que todavía no podía leer. Mi madre lo convirtió en su “ayudante” y cuando tenía tiempo libre se sentaba sola con él para repasar las lecciones. ¡Pasó el primer grado y realmente le fue genial!
Más tarde, después de que el régimen de Castro tomara el control, mi madre abandonó Cuba. Conoció a mi padre, tuvo hijos y siguió adelante con su vida. Años más tarde estábamos viajando por Florida y un hombre y su esposa se le acercaron. ¡Era aquel estudiante! Dijo que la reconoció de inmediato porque nunca la olvidó. Le presentó a su esposa como la maestra que no se rindió con él. ¡Ella es mi inspiración!
Cuando mi prometida y yo comenzamos a salir juntos hace muchos años, había una canción popular que se convirtió en nuestra canción y, con el paso de los años, la bailábamos cada vez que la escuchábamos. y siempre la poníamos en nuestras ocasiones especiales. Recientemente enfermó gravemente y estaba en ese camino sin retorno. Cuando falleció en el hospital a altas horas de la madrugada, nuestra canción sonó en la radio que estaba puesta con el volumen bajo en un rincón de su habitación. Increíblemente conmovedor. ¿Increíble coincidencia?
En 1998 le regalé a mi suegra una copia de “Nieve en agosto” de Pete Hamill como regalo del Día de la Madre. Le escribí una pequeña nota en la guarda.
Años más tarde, su hija, mi esposa, murió y mi suegra tuvo que dejar su casa para ir a un centro geriátrico a vivir. Murió casi diez años después que mi esposa. En 2016 estaba haciendo un recorrido hasta la estación de mi pequeño pueblo. Me detuve en el cobertizo comunitario para ver de qué tesoros habían decidido desprenderse mis vecinos. Hay un cobertizo separado solo para libros y ahí es donde me dirigí. Después de unos minutos vi una copia de “Nieve en agosto”. Estaba un poco desgastado pero lo agarré y encontré mi notita para mi suegra en la guarda. Me pregunto por cuántas manos pasó hasta encontrar el camino de regreso a mí.
Hace años tuve tiempo libre entre 2 trabajos, así que decidí aprovecharlo al máximo. Empecé a montar en bicicleta sólo para ponerme en forma y perder algo de peso. Había una colina larga que tenía que subir y al principio tenía que caminar con la bicicleta después de subir hasta la mitad del camino. En un par de semanas pude llegar hasta el final. Luego procedí a hacer un viaje de ida y vuelta de unos 15 kilómetros. En uno de esos viajes estaba a unas 3 millas de mi casa y se soltó un pedal. Pensé que podría llegar a casa usando un solo pedal... bueno, eso no funcionó. Intenté atornillar el pedal con la mano... pero tampoco funcionó. Así que decidí empezar a caminar junto a mi bicicleta hasta casa. No llegué muy lejos cuando vi una llave inglesa destrozada en el suelo. (Probablemente atropellada por los camiones que usaban la carretera). La recogí y el extremo encajaba perfectamente con la tuerca del pedal. Apreté el pedal con la llave y me alejé hacia el atardecer.
Esto le pasó a un compañero que conocí que nació en Vietnam justo cuando la guerra estaba terminando. No sé qué pasó con su familia, pero terminó en un orfanato cuando era un bebé y lo trajeron a Estados Unidos cuando la guerra llegó a su fin. Fue adoptado por una familia en California y pasó la mayor parte de su infancia cerca de Los Ángeles. Tenía poco más de 20 años y estaba comprando cuando notó que un joven vietnamita lo miraba fijamente. También notó que el tipo se parecía a él, como si fuera su viva imagen. Resulta que era su hermano, su hermano gemelo, que nunca supo que existía. Habían venido juntos pero fueron adoptados por diferentes familias. Quienes organizaron las adopciones no habían hecho ningún esfuerzo por contarles a las familias sobre los hermanos, por lo que nunca se conocieron hasta ese fatídico día.
Teníamos un nuevo perro adoptado. La trajimos de cachorrita. Aproximadamente 6 meses después, hicimos una excursión de un día a la costa. Nos detuvimos a la hora del almuerzo en un pequeño pub del pueblo que tenía mesas al aire libre. Nos compramos un par de bebidas, bocadillos, etc. y nos sentamos en una de las mesas. Estuve hablando con una pareja en la mesa de al lado con un perro joven que parecía tener aproximadamente la misma edad que el nuestro. Y resultó que habían obtenido a su perro del mismo refugio de animales y que ambos perros eran en realidad hermano y hermana, de la misma camada. No sólo eso, sino que vivían cerca de nosotros.
A mi hermano le pasó esto. Él y su familia estaban de viaje por carretera y su coche se averió. Estaban lo suficientemente cerca de una gasolinera como para empujarlo hasta allí. Había un hombre allí pidiendo dinero para gasolina. Mi hermano se lo dio y el hombre resultó ser mecánico y arregló el auto de mi hermano sin costo alguno.
Mi esposa y yo vivíamos en nuestra primera casa en Oklahoma. Un día, mientras ambos estábamos en el trabajo, el departamento de alcantarillado de la ciudad derribó todas las cercas en la parte trasera de las casas de nuestra cuadra para reemplazar la tubería principal. Cuando llegamos a casa del trabajo estábamos desconsolados porque nuestro perro estaba en el patio trasero y ahora no lo encontrábamos por ningún lado. Buscamos en la zona durante días y pusimos avisos, pero fue en vano. Empezábamos a creer que nunca volveríamos a ver a nuestro perro. Mi esposa estaba tan molesta que decidió llamar para quejarse sobre el trabajo de alcantarillado que nos hizo perder a nuestro perro. Entonces llama por teléfono a una persona del Departamento del Defensor del Pueblo de la ciudad. Mi esposa explica la situación y le dice a la persona que amamos a ese perro y que habíamos pagado un buen dinero por él porque era un setter irlandés registrado. La persona pregunta dónde vivimos y mi esposa le da nuestra dirección. La persona dice: “Bueno, eso es asombroso. Vivo aproximadamente a media milla de ti y últimamente ha habido un setter irlandés rondando por aquí." Mi esposa me dice la dirección y cuando llegué a la casa de esa persona, allí estaba nuestro perro. De todas las personas en el área metropolitana que mi esposa pudo haber llamado por teléfono, nuestro perro estaba en la casa de esa persona.
A la edad de 12 años conocí a una chica nueva en la escuela que tenía el mismo cumpleaños que yo. No era gran cosa. Pero además… Nacimos en el mismo estado, misma ciudad, mismo hospital, mismo piso, dos puertas más allá y con 15 minutos de diferencia. Nacimos en Hawaii y nos conocimos en un pequeño pueblo en Luisiana.
Mi hija se mudó a un piso que necesitaba mucho trabajo de renovación. El primer día vinieron su mejor amiga y su hermana y juntas arrancamos la moqueta. Debajo de la moqueta y de la base, el suelo estaba cubierto de periódicos viejos y en el pasillo había un viejo periódico local, y frente a nosotras había una foto de las dos hermanas en un concurso de baile cuando eran niñas.
Esto fue hace más de 40 años, pero todavía lo cuento: allí estaba yo en la universidad con mi novia. Ella compartía habitación con una chica llamada Siobhan. Estaba charlando con ella:
-¿De dónde eres, de dónde son tus padres?
- De Manchester.
- Oh, los míos también. ¿Donde en Manchester?
- Prestwich.
- Dios mío, mi padre también era de Prestwich. ¿Dónde exactamente?
- Paseo de Canterbury.
- Vaya, tu padre debe haber conocido el mío. También vivía en Canterbury Drive.
Entonces llamé a mi mamá. (mi padre murió cuando yo era muy joven).
- ¿Conocías a xxxx?
-¡Oh, sí, fue nuestro padrino!
¿Y sabéis qué? Siobhan fue nuestra dama de honor. Y ella y mi esposa siguen en contacto 40 años después.
Mis padres me contaron esta historia. Cuando tenía 8 años y vivía en el Reino Unido, mi papá aprovechó una oportunidad laboral en Estados Unidos y emigramos. Mis padres decidieron alquilar nuestra casa en el Reino Unido, así que antes de irnos mostramos la casa a posibles inquilinos. Uno era un tipo americano. Resulta que era de la misma ciudad de EEUU a la que estábamos a punto de mudarnos dentro de unas semanas. Se rieron de la coincidencia y el americano dijo que su hija adulta todavía estaba en Estados Unidos y que deberíamos buscarla cuando lleguemos allí. Nos dio su nombre y nos dijo que trabajaba en un restaurante particular de la ciudad. Unas semanas después nos mudamos a EEUU. ¡Llegamos al aeropuerto cansados después de volar desde el otro lado del mundo! Nos recibe en el aeropuerto un representante de la nueva empresa de mi padre y nos lleva a un hotel. En el camino paramos para comer algo. Es tarde y no quedan muchos lugares abiertos. El representante dice que conoce un lugar que abre hasta tarde. Sí, el mismo lugar donde trabaja la hija del inquilino estadounidense. ¡Terminamos siendo atendidos por ella! ¡Así que alquilamos nuestra casa en el Reino Unido a un tipo estadounidense al azar y nos mudamos a Estados Unidos y terminamos conociendo a su hija a la media hora de salir del aeropuerto!
Mi marido y su primera esposa fueron de Chicago a Nueva York para pasar un fin de semana largo. Mientras esperaban para cruzar una calle muy transitada, escucharon a dos hombres de negocios detrás de ellos discutir cómo iban a estafar alguien con quien estaban haciendo un trato en San Luis. Aguzaron el oído porque su primera esposa era originaria de allí. Mientras caminaban por la siguiente calle, pudieron escuchar e identificar suficientes detalles como para darse cuenta de que estos dos hombres iban a engañar a su tío al no revelar cierta información. Cuando llegaron al hotel, su esposa llamó a su tío, quien verificó que efectivamente estaba en medio de un trato con estos dos tipos en Nueva York. ¡Entonces el trato no se llevó a cabo! ¿Cuáles eran las posibilidades?
En una ciudad costera francesa, a mediados de agosto, en plena temporada turística, perdí la llave del candado de la bicicleta. Era la bicicleta de mi suegro y yo se la había pedido prestada para ir de compras al otro lado de la ciudad desde nuestra casa de vacaciones. Debí dejar la llave en el candado y se cayó de camino a casa.
Mi suego era un anciano bastante difícil y estaría angustiado por la pérdida. Así que no dije nada y a la mañana siguiente fui a buscar la llave. Siguiendo el camino que había tomado, entré en una concurrida calle cercana a la playa, donde cientos de personas paseaban o corrían de aquí para allá. De repente vi un billete en la acera, un billete de diez euros. Me incliné para agarrarlo y se alejó revoloteando, así que fui tras él y nuevamente se alejó revoloteando. Mmmm, muy extraño.
Entonces escuché unas risitas. Miré hacia arriba y he aquí dos niños en un balcón con una caña de pescar y el señuelo era el billete de diez euros. Les señalé con el dedo y, de repente les pregunté si por casualidad habían encontrado una llave. "Sí, anoche encontramos una llave justo en la acera". ¿EH?
Subí las escaleras hasta su apartamento y ¡era la llave del candado de la bicicleta de mi suegro! En una gran ciudad con cincuenta mil turistas, me encontré con los dos que habían encontrado mi llave. Si eso no es una coincidencia, ¡no sé qué es!
Esto fue probablemente hace 15 años: una pareja joven recién casada se acababa de mudar frente a mi casa. Poco después, él fue destinado al extranjero. Poco después de eso, una pareja mayor se mudó a la casa detrás de ellos y su esposa llegó a conocerlos bastante bien. Después de que su esposo regresara, los cuatro se reunieron y después de hablar un poco, ¡se dieron cuenta de que él era su hijo! Lo habían dado en adopción cuando nació en California y acababan de decidir mudarse a Utah, unos 25 años después. ¡Una coincidencia entre un millón, mudarse para ser vecinos de su hijo!
Estuve en un gran restaurante de carnes en California hace unos 30 años. A la camarera, como a muchos estadounidenses, le gustó nuestro acento británico y dijo que su jefe de cocina era de Inglaterra. No pensé en ello porque Inglaterra es un lugar bastante grande con mucha gente. Aproximadamente una hora más tarde, cuando estábamos terminando nuestros postres, salió el chef. La conversación fue más o menos así.
CHEF: Escuché tu acento y tuve que salir porque suenas como si fueras de Essex.
YO: Sí, los cuatro lo somos. Somos de Southend on Sea. (Una gran ciudad de Essex muy famosa y reconocida en todo el Reino Unido).
CHEF: De ahí soy. En realidad, Shoeburyness está en las afueras de Southend.
YO: ¿En serio? Viví allí durante 12 años, después de nacer.
CHEF: ¿Conoce West Road? Dirigí el Chippy (tienda de pescado y patatas fritas) allí durante 10 años, entre el 71 y el 81.
YO: Tienes que estar bromeando. Solía ir a tu tienda el último viernes de cada mes con mi hermano y mis padres a comprar pescado y patatas fritas.
¿¿¿Cuáles eran las posibilidades de esto???
Hace muchos años, iba en mi moto por el carril derecho de una carretera de 4 carriles dividida por una barandilla. El auto frente a mí frenó repentinamente; me detuve fácilmente y vi que una familia de patos había entrado a la carretera por el lado derecho de la carretera. Al ver que los patos y el tráfico del carril izquierdo se acercaban rápidamente, me giré y saludé al tráfico del carril izquierdo, que se detuvo abruptamente mientras la madre y los cuatro patitos seguían caminando. Se metieron bajo la barandilla y continuaron, cruzando los dos carriles de tráfico rápido. Los autos en los carriles contrarios se detuvieron literalmente con un chirrido cuando la madre y los cuatro patitos, impávidos, desaparecieron entre la maleza en el lado opuesto de la carretera. ¡Uf! Me sentí aliviado de que los patos estuvieran bien y comencé a salir del arcén derecho de regreso a la carretera. Cuando estaba a punto de arrancar, tuve que esperar a que un coche que se había detenido detrás de mí y ya avanzaba por la carretera. Cuando ese auto pasó a mi lado, miré su placa que decía “5 PATOS”.
Estuve en Nueva York en 1979 con mi hermano. Había un chico de mi misma edad con una motocicleta BMW del mismo modelo de edición limitada de 1000 cc que tenía en Londres, Reino Unido. Le hablé sobre su moto y le hablé de la mía. Tengo la impresión de que no me creía del todo acerca de tener el mismo modelo. Unos meses más tarde, mientras conducía mi moto en Londres, Reino Unido, lo vi de vacaciones con amigos a punto de cruzar la calle. Dije: Hola, ¿me recuerdas de Nueva York?, hablamos de tu moto que era igual que esta. Qué gusto verte de nuevo.
¡Parecía doblemente sorprendido, uno por la moto, y dos al verme de nuevo, montando en ella a 6000 millas de distancia! Cruzamos algunas palabras y luego me fui, nunca lo volví a ver, no había razón para intercambiar números. ¡Las probabilidades de esto deben haber estado a la par con las de ganar la lotería!
Me uní al ejército a los 19 años, mi primera asignación fue Frankfurt, Alemania. Era la prrimera vez que estaba allí. Aproximadamente un mes después de haber llegado al cuartel, decidí ir al centro de la ciudad. Era un hermoso día soleado de 1965. Vi a una hermosa morena y le guiñé un ojo y ella me devolvió el guiño. En pocas palabras, estuvimos saliendo y al final nos casamos. Estuvimos casados durante 54 años.
Hace unos 10 años me interesé en Ancestry DNA. Investigué a mi familia. La madre de mi madre era alemana y su nombre era Reese. Sólo tenía la punta del iceberg de su información. En un momento decidí investigar la ascendencia de mi esposa. El apellido de su abuelo era Weingarth y era de Kusel, un pequeño pueblo de Alemania con una población de menos de 1.000 habitantes. Posteriormente obtuve información adicional sobre la bisabuela Reese. A mediados del siglo XVIII se confirmó que la familia también provenía del pueblo de Kusel; de hecho, el apellido Weingarth era parte de la familia.
Entonces, en un país de 80 millones de personas, ¿cuál era la probabilidad de que conociera y me casara con alguien de mi árbol genealógico?
Si has alucinado con estas coincidencias, puedes leer muchas más en nuestras publicaciones anteriores.
