La capacidad de traducir un lenguaje a través de una cámara; el sutil y complejo arte de reinterpretar conceptos y transformarlos en imágenes... A través del lente podemos crear un espacio para nuevas y viejas ideas con una lectura diferente. Una imagen puede llegar a ser muy poderosa, convirtiéndose en la voz del artista.
Hoy les vamos a presentar a una fotógrafa que busca retratar la belleza de la tradición con una mirada moderna y el poder de la belleza femenina. Nos avisa de que está aquí para reivindicar la cultura de Kenia y celebrarla.
Thandiwe Muriu es una fotógrafa autodidacta keniana que se luce con sus fotografías vibrantes, coloridas y cargadas de simbolismos. Desde pequeña sintió el llamado del arte desde adentro pero no lograba encontrar su camino hacia él, hasta que su padre la introdujo al mundo de la fotografía a los 14 años. Ella y sus 3 hermanas fueron criadas alejadas de las expectativas patriarcales, ya que su padre se dedicó a enseñarles diferentes habilidades prácticas más allá de los roles de género; entre ellas, cómo usar una cámara de fotos —ya que en el país africano se sigue percibiendo como un trabajo masculino— lo que marcaría la vida de Muriu. El hombre era un aficionado de la fotografía que las introdujo a las cámaras réflex digitales, y su Nikon D8o llamó la atención de la joven inmediatamente.
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Créditos de la imagen: Thandiwe Muriu
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Comenzó fotografiando nubes, flores, cualquier espacio que pudiera explorar luego de volver de la escuela y logró también que sus hermanas posaran para ella. Hacía uso de sábanas como fondo y papel de aluminio como reflector para la iluminación. Entre la experimentación, videos de Youtube y mucha lectura empezó el camino de su formación, ya que no existían institutos de fotografía en su país.
Thandiwe descubrió su pasión muy pronto en su vida, su forma de comunicarse. "La fotografía es mi forma de interpretar y responder al mundo que me rodea. Es mi manera de preservar mi cultura para las generaciones futuras, incluso cuando me enfrento a algunos de los retos de mi contexto cultural", explicó.
La introducción al proceso creativo de construir una escena para ser retratada fue inspirada por la revista Vogue que a su hermana mayor le gustaba comprar. Las editoriales y las portadas le abrieron una puerta que no sabía que estaba ahí. Ella solo conocía el tipo de fotografía periodística, y fue allí que supo que crear su propio arte también era posible. Desde ese momento se vio motivada a jugar con luces, escenarios y poses.
Con la práctica adquirida logró ganar una pasantía para trabajar junto con otros fotógrafos, quienes fueron una especie de mentores y la ayudaron a entender sobre el negocio. Sus influencias son Mutua Matheka y Osborne Macharia, artistas de Kenia que la impulsaron a ser atrevida, tener una identidad y lograr ejecutarla.
Las redes sociales están presentes desde los inicios de su carrera. Al principio, publicaba sus trabajos en Facebook donde usaba a sus hermanas como modelos. Hasta que tiempo después alguien se puso en contacto con ella para contratarla para una sesión personal. Ganarse la vida con la fotografía se volvió una posibilidad real, una carrera. Por este medio también fue descubierta por su galería “193 Gallery" y comenzó a entrar en el circuito de otros artistas. De hacer trabajos particulares, siguió trabajando para eventos corporativos, publicidad digital y actualmente se dedica a la publicidad comercial para marcas, agencias publicitarias y otras empresas africanas. “Siempre digo que quiero ser una fotógrafa residente en África, pero [me encanta] fotografiar por el mundo y aportar mi visión única africana a una audiencia mundial”, aseguró.
También está interesada en poner su grano de arena y hacer crecer el movimiento artístico de Kenia haciendo un llamado para integrar a las futuras generaciones. Participa en programas para ayudar fotógrafos jóvenes e imparte clases en línea para compartir un poco de su conocimiento.
Buscando un proyecto creativo que la alejara de lo comercial nació CAMO (camuflaje) en 2015. Como bien indica el nombre, el arte de Thandiwe Muriu tiene muchas capas de sentido que podemos ir descubriendo de a poco. Lo primero que nos impacta de las obras que forman parte de CAMO son las coloridas tramas, únicas, estridentes e hipnóticas. Los sujetos, las personas fotografiadas, parecen fundirse con esas tramas en una interesante confusión de profundidades y volúmenes. Y entrelazándose con todo eso está la reflexión sobre temas sociales y culturales.
En las ilusiones ópticas de sus imágenes, la intención de la artista es que las modelos se camuflen y se destaquen a la vez; según ella, esto refleja la sensación que experimentaba de que, a pesar de su relevancia dentro de la fotografía comercial y debido al contexto en el que se veía inmersa, podía ser descartada y desaparecer en el trasfondo de su cultura en cualquier momento. Para que esto no sucediera, Thandiwe confiesa que tuvo que “aprender a ser valiente y audaz y decir: 'Hola, yo estoy a cargo"', ante una industria que estaba dominada por hombres y que intentaba invisibilizarla. Además, en sus obras, la artista deliberadamente fotografió modelos de piel oscura para hacerle frente a la "cultura de blanqueamiento" en Kenia, donde las pieles más claras reciben una mayor valoración estética.
Afortunadamente, la artista declaró que tiene la intención de continuar con su proyecto fotográfico CAMO, y así seguir registrando las tradiciones de su cultura atravesadas por su perspectiva moderna. ¡No podemos esperar para ver con qué nos sorprenderá esta talentosa artista! ¿A ustedes, qué les ha parecido la obra de Thandiwe, queridos Pandas? ¿Cuál es su imagen favorita? ¡No se olviden de votar y de dejarnos sus comentarios más abajo!
