12 Historias de horror sobre bodas donde la pareja no duró mucho tiempo junta o acabó sin siquiera casarse
No es ningún secreto que las bodas se destacan por alterar nervios, cuentas bancarias, sentido común, relaciones, amistades y, a veces, hasta a la ceremonia en sí misma. Y aunque Hollywood ha tratado de convencernos de que todas las parejas que dan el famoso “Sí, quiero” acaban siendo felices para siempre… podemos decir que rara vez sucede así.
¿Pero qué sucede si los novios no llegan al altar? ¿Qué pasa cuando todo acaba antes de siquiera comenzar? Bueno, estamos a punto de descubrirlo y no, esto no se trata de un episodio de “Todo en 90 días” aunque bien podría haber servido de inspiración para mi programa favorito.
Hoy nos meteremos de lleno en estas historias reales sobre bodas en las que nadie se casó y que diversos usuarios han compartido en este hilo de Ask Reddit. Puede que para sobrevivir a estos altos niveles de drama necesiten un cuenco de palomitas… o quizás cuatro o cinco.
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Sí, la boda de uno de mis parientes lejanos. El novio se emborrachó y acabó golpeando a su prometida en la cara frente a todo el mundo. Yo era joven y no entendía muy bien lo que estaba sucediendo, solo recuerdo haber visto a mi tío noquear al novio de un puñetazo.
El matrimonio es una locura que comienza con una primera prueba: sobrevivir a la boda. No es de extrañar que con tanto estrés, incertidumbre y dramas familiares algunas personas decidan retractarse a último momento. Después de todo, esta es una decisión que te cambia la vida y requiere una gran cantidad de trabajo de ambas partes para que todo salga bien (¡y aun así no necesariamente sucede de esta forma!).
Para saber más sobre cómo es transitar un terreno tan complejo como el de las bodas y cuál es el secreto para vivir en un matrimonio feliz, tuvimos una charla con Susan Pease Gadoua. Susan es terapeuta, autora de best sellers y fundadora y directora ejecutiva del Instituto de Transición de Marín, una institución que ofrece asesoría, terapia y talleres a personas que se encuentran dentro del proceso de disolución de sus matrimonios, la cual se encuentra localizada en la zona de la bahía de San Francisco.
Una vez, hablé con un DJ que me contó una anécdota sobre una de las bodas en las que trabajó. La recepción pasó sin problemas y llegó el momento de cortar el pastel. El novio decidió tirarle la torta en la cara a la novia y ella se ENFURECIÓ. Se puso roja, comenzó a gritarle y le pegó un cachetazo tan fuerte que se sintió como si de pronto hubiesen disparado dentro del salón. Todos jadearon sorprendidos y el lugar quedó en completo silencio. Ella se fue.
Pocos minutos después, el padre de la novia se acercó al DJ y le dio $500. Le dijo: “Escucha, este matrimonio… se ha acabado. Mi hija se ha ido, pero pagué la fiesta y todos mis amigos y familiares están aquí, así que quiero que continúes pinchando, que la música no pare de sonar y no menciones a los otros dos en lo que queda de la noche”. El DJ estuvo de acuerdo y todos la pasaron de lujo.
Sí… fue mi propia boda. Estaba allí esperando y mi futura esposa me envió un mensaje para decirme que no se sentía bien y que iría al hospital. Comencé a sospechar cuando me di cuenta de que nadie de su familia se había presentado a la ceremonia. Resultó ser que nunca habían enviado su parte de las invitaciones, ni tampoco se molestaron en avisarme que no se celebraría la boda, así que tanto yo como mis amigos y mi familia habíamos asistido a una boda que en realidad nunca existió.
“Tal vez, la forma principal en la que el matrimonio cambia una relación es que se establece un contrato legalmente vinculante y que además existe la idea de que los ‘matrimonios exitosos’ continúan hasta que ‘la muerte los separe’. ¡Esto implica mucha presión!”, explicó Susan.
La terapeuta sostuvo que la gente no suele darse cuenta de los aspectos legales hasta el momento de separarse: “Tienen que contratar abogados y pasar por el sistema judicial para dividir bienes, deudas y el tiempo que cada uno pasará con sus hijos”. Susan comentó: “Cuando me casé, tuve que firmar solo dos papeles y cuando compré mi primera casa, tuve que firmar muchísimos, ¿adivinen cuál tuve que pensar más?”.
Esto ocurrió hace unos 20 años. Soy hindú y se suponía que me casaría con un tipo que era un amigo íntimo de la familia. El chico era muy agradable y todo pero, en el día de la boda, se escapó con mi hermana. Sí, como han leído, se escapó junto a mi hermana menor. Toda mi familia se enfadó muchísimo y reclamaron que su hermano menor lo reemplazara como “compensación”, así que me casé con él.
El matrimonio resultó de maravilla como esas relaciones de ensueño que vemos en la televisión, pero nuestra boda ocurrió por accidente.
Yo conozco una anécdota que ocurrió en tiempos de guerra. El novio ni siquiera apareció o había cambiado de parecer (no recuerdo bien) y el padrino intervino para decirle a la novia que siempre había estado enamorado de ella y que quería casarse en lugar del hombre. Al parecer, considerando que eran tiempos de guerra, el cura les dio su aprobación y fueron una pareja feliz.
“Como es mucho más difícil salir del matrimonio que vivir juntos o simplemente estar en pareja, este requiere un mayor compromiso. Puede que esto sea positivo ya que una relación sana exige que ambas partes sean más solidarias, sepan comunicarse bien, se involucren en los problemas del otro y actúen como personas maduras”, le explicó la terapeuta a Bored Panda.
“Dicho esto, existe una pequeña parte de los cónyuges que creen que una vez que se casaron ya no tienen por qué trabajar en su relación. Por desgracia, he escuchado demasiadas historias de hombres y mujeres que cambian para peor desde que comienza la luna de miel. Es el tipo de mentalidad de ‘ahora que estamos casados ya no es necesario que me esfuerce en nuestra relación’”, comentó Susan..
No exactamente, pero conozco a una pareja que, antes de casarse por civil, celebró fiestas por separado y se emborracharon tanto que se quedaron dormidos. No se dieron cuenta hasta que los llamaron del ayuntamiento para preguntarles dónde se habían metido por lo que decidieron casarse otro día. Al final se casaron y, hasta donde sé, llevan más de 20 años juntos.
Mi hermano se casó con la chica con la que llevaba 10 años en pareja. Al finalizar la fiesta, cuando casi toda nuestra familia y yo nos habíamos ido, todo se fue al garete. Resultó ser que ella y el mejor amigo de mi hermano habían planificado el casamiento durante tres años para que ella pudiera divorciarse, quedarse con la casa y vivir allí con el tipo con el que lo había engañado durante años.
Lo que ella no sabía era que la casa estaba a nombre de mi padre y no de mi hermano (ambos tienen el mismo nombre), así que no tenía ningún derecho sobre ella. Lo último que supe de ella es que su familia se apartó de ella al igual que lo hizo su novio después de que engordara mucho.
Se casaron y al finalizar la celebración ella se subió al coche de otro tipo. Quedé muy confundido, así que le pregunté a mi amigo qué era lo que estaba pasando. Él me explicó que ese hombre la llevaría al lugar donde pasarían su luna de miel porque a ella no le gustaba la forma en la que él, su esposo desde hace tres minutos, manejaba.
Dos días después, me enteré que cuando mi amigo llegó a la cabaña de su luna de miel se los encontró a ambos en la ducha. Ella le dijo que solo se había casado con él para sacarse a sus padres de encima, que lo odiaba y que se había estado acostando con ese tipo toda la semana, que al regresar le dirían a todos que su matrimonio no funcionó y lo anularían. Obviamente, mi amigo quedó destrozado y nunca logró recuperarse de eso.
He aquí otra historia que ocurrió en la India:
La hija de una amiga de la familia (musulmana) se enamoró de un chico hindú. Estuvieron saliendo por un tiempo, pero su familia decidió concertarle un matrimonio con otro hombre cuando se enteraron de su relación. El día de la boda, ella escapó junto a su novio. Su padre era el alcalde de la ciudad e hizo que la policía la buscara por todos lados. La última vez que supe algo, ella aún seguía junto al chico hindú.
Lo más gracioso es que su hermano se casó con una chica cristiana un par de años después y nadie se inmutó.
Lo importante es darse cuenta de que el matrimonio hace poco y nada al momento de garantizar que la relación dure, sin importar que la pareja ponga sus mejores intenciones en el gran día, sostuvo la terapeuta. “Vivimos en una época donde podemos tomar nuestras propias decisiones. Podemos elegir dónde queremos vivir, qué tipo de vida queremos llevar y cuál es la forma en la que queremos conformar nuestra familia, por ejemplo. Además, tenemos una mayor expectativa de vida que antes, así que casarse con alguien para ‘toda la vida’ se vuelve algo menos alcanzable para la persona promedio”, explicó Susan.
Mi amiga estaba a punto de casarse y el novio sufrió un ataque al corazón justo antes de la ceremonia, cuando todos los invitados ya estaban presentes. Todo el mundo quedó muy conmocionado, pero poco después se casaron por civil, así que supongo que la historia tuvo un final feliz.
Trabajé en una boda en la que la pareja se separó durante la recepción. La fiesta se realizó en la terraza de un edificio donde había una pequeña piscina. El novio se emborrachó y pensó que sería una maravillosa idea empujar a la novia a la piscina con el vestido puesto y todo. La recepción apenas había comenzado, ella se largó de allí y una amiga la llevó a su casa.
Según la encuesta realizada por el Pew Research Center en 2013, el 88% de los estadounidenses encuestados mencionaron que el amor fue la principal razón por la que se casaron. Susan explicó que para la mayoría de las parejas que deciden dar el gran paso, el casamiento es la principal forma en la que demostrar el amor que sienten por su pareja.
“La principal conexión entre el amor y el matrimonio es que el amor tiende a llevarte al matrimonio mientras que la pérdida del amor hace que la gente decida darlo por finalizado. Sin embargo, el amor es un sentimiento —uno muy frágil— y utilizarlo como la base para comenzar una relación legalmente vinculante y construir una familia y un hogar puede ser la razón de que las tasas de divorcio sean tan altas”, concluyó Susan Gadoua.
La boda de unos amigos de la familia: El novio dejó plantada a la novia en el altar. ¡Ni siquiera apareció! Y le dijo que se había acobardado, pero aun así siguieron juntos y planificaron otra boda… ¡y la dejó plantada OTRA VEZ!
De alguna forma, siguieron juntos y ella aceptó (¿?) intentar casarse por tercera vez. Esta vez él sí se presentó, se casaron y ahora llevan más de 45 años juntos.
