Estos trabajadores tienen que entrar en casas ajenas, y comparten las cosas más perturbadoras que han visto (20 respuestas)
La casa de una persona es el reflejo de su personalidad o, al menos, de su estilo de vida. Por eso, muchos de nosotros evitamos que la gente venga a nuestras casas. Pero algunos no necesitan una invitación, como por ejemplo, las empresas de mudanza, los técnicos e incluso los repartidores pueden entrar (o como mínimo echar un vistazo) a nuestras propiedades prácticamente todos los días.
Por eso, el usuario de Reddit Valar_Morghulis888 hizo una publicación en la que les pidió a las personas que tienen trabajos que los obligan a entrar a la casa de desconocidos que contaran las cosas más extrañas que han visto. Y las respuestas llegaron. Continúen deslizando para leer sus experiencias.
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Sucedió en un coche, no en una casa. Este tipo tenía muchos animales de peluche en el asiento trasero y también en el baúl. Todos eran nuevos, hasta tenían etiquetas. Encendía el coche y se escuchaba rap en la radio. Después de su fallecimiento, descubrí que era muy bueno con las máquinas de peluches y que donaba todos los juguetes a los hospitales infantiles. Q.E.P.D. amigo; lo siento, pensé que eras raro.
Soy podador de árboles, así que tengo que ir a casas diferentes casi cada dos días. Normalmente no entro a las casas, pero esta vez lo hice y quedé marcado de por vida. Fui a la casa de una anciana parcialmente ciega que quería que le diera forma a un par de manzanos y los podara. Terminé el trabajo, llamé a la puerta y con la fuerza de mi golpe, esta se abrió ligeramente. No hubo respuesta pero escuché una discusión fuerte en el interior de la casa, así que entré. Cuando llegué al salón, vi que ella le estaba gritando a su marido porque no le contestaba hacía una semana. Su marido estaba en el sillón, muerto. Como ella no podía ver bien, obviamente, pensaba que él la estaba ignorando y que por eso no iba a la cama. Rompí en llanto, fue desgarrador.
Esto no es una historia mía, es de mi padre.
Él solía trabajar en la entrega de muebles. Una vez, con su compañero fueron a entregar un juego de comedor. El dueño de esa casa estaba sentado en un sillón reclinable mientras mi papá y su compañero de trabajo instalaban el juego de comedor. El tipo tenía una pistola en la mesa junto a él y simplemente estaba allí mirando televisión.
Finalmente, cuando terminaron de acomodar todo, el hombre tomó el arma y le apuntó a mi padre. Le dijo que vacíe su billetera y se vaya. Su compañero de trabajo se enojó, pero ambos hicieron lo que se les dijo y se fueron.
Había un teléfono público en la esquina, así que mi padre llamó al 911, dijo que lo habían asaltado. La central pidió los detalles, mi padre dio el nombre y apellido del hombre, la dirección, el número de teléfono y una descripción de cómo se veía.
El hombre terminó siendo arrestado y mi padre y su compañero pudieron recuperar su dinero.
Trabajé como técnico de electrónica a domicilio durante más de cinco años. He visto algunas cosas, así que aquí están algunas de las más importantes.
1) Varias personas trataron de pagarme con drogas.
2) Llegó la policía y arrestó a un anciano por violencia doméstica mientras yo estaba en su casa. Eso fue muy divertido.
3) Un hombre tuvo un montón de problemas con mi tienda y una computadora que compró allí. Estaba enojado, así que me mandaron a que hiciera una visita gratuita a domicilio para arreglar sus cosas y dejarlo contento. Intentó aplicar la “intimidación masculina” limpiando su colección de armas en la misma habitación donde yo estaba trabajando. (Yo era/soy tirador, así que eso no me inquietó).
4) Una madre soltera me pidió que arreglara la computadora de su hija. La hija observaba mientras yo trabajaba y me hacía preguntas, lo cual estaba bien. Era un trabajo largo, y a medida que pasaba el tiempo, la hija empezó a coquetear conmigo. No paraba de encontrar excusas para tocarme, se reía de todo lo que yo decía y hacía comentarios “sugerentes”. Me sentí incómodo e intenté concentrarme en mi trabajo.
En un momento se levantó, se acercó y se sentó en mi regazo. Sin avisar, sin pedir permiso, simplemente lo hizo. Me puse de pie al instante y se cayó al suelo. Fui a buscar a su madre y me di cuenta de que se había ido. ME HABÍA DEJADO SOLO CON EN SU CASA CON SU HIJA ADOLESCENTE.
Salí corriendo lo antes posible, volví directamente a la tienda y se lo comuniqué a mi jefe.
Yo era misionero mormón, y esta es una historia un poco rara.
Fui a la casa de unos acumuladores, pero no eran los típicos acumuladores de basura. Vivía una dulce señora de aproximadamente 80 años.Tenía los clásicos pasillos entre las enormes cantidades de cosas, pero la diferencia era que todo estaba ordenado, limpio y organizado. Por ejemplo, tenía sofás que eran lindos, estaban limpios y en buen estado, pero eran completamente inutilizables porque estaban cubiertos por muchos almohadones bien acomodados. Las paredes estaban llenas de cuadros que parecían estar puestos como piezas de Tetris. La mayor parte del piso tenía decoraciones y adornos para el césped que formaban un camino para poder pasar.
Era una señora muy agradable y maravillosa.
Una vez entré a una casa en la que literalmente (y estoy usando la palabra de manera correcta) cada espacio libre en las paredes estaba cubierto por relojes de cuco. Estoy seguro de que había muchos.
Entras, tienes una sensación extraña (la de “algo anda mal”) y luego te das cuenta de que no se ven las paredes.
Y el sonido… todos los tic-tocs se fundían en un murmullo.
No me pasó mientras estaba trabajando, pero una vez encontré un perro que se había escapado del patio trasero de una señora. Cuando fui a devolverlo, ella estaba tan contenta que quiso darme una recompensa y me invitó a su casa.
Dentro de su casa había muchísimas cajas de extraños juguetes para niños que parecían ser de esa vieja revista “Oriental Trading Co”. Quería darme pelotas inflables, trompos, masilla elástica, paquetes de marcadores y pegatinas. Estas cajas llegaban literalmente hasta el techo, ocupando toda la sala de estar. No sé por qué tenía tantas cosas, pero terminé yéndome con el brazo lleno de juguetes, caramelos y pegatinas.
Dato: La masilla elástica sigue siendo increíble.
Trabajo entregando muebles. Había una señora que tenía maniquíes por TODAS PARTES. Sentados a la mesa, viendo televisión, en el baño, en la cocina, jugando a las cartas, en su cama. Cada uno de ellos estaba muy bien vestido también. Nos hizo sacar a “Gavin” de su cama para poder cambiar el colchón. Cuando terminamos, sacó un fajo de dinero de su sujetador y había como 30 billetes de 100 dólares y varios de 50; y solo nos dio 20 dólares a cada uno.
Una vez entré al rodaje de una película porno. El asistente del dueño se había olvidado de avisar que alquilaban la casa el mismo día que yo debía trabajar en el acuario.
Tuve que hacerle una entrevista a un ex vagabundo. Vivía en una tienda de campaña instalada en su sala de estar.
Soy paramédico y creo que a estas alturas ya lo he visto todo. Desde situaciones extremas de acumulación en casas hermosas, manadas de gatos, animales muertos (ugh), basura, decoración extraña, hasta casas completamente vacías por alguna razón.
Y luego, está la casa de los payasos. Dios mío. Hay una anciana extraña en nuestro distrito que a veces necesita ayuda para salir de su sillón reclinable… cuya casa está llena de cosas de payasos, incluyendo una escultura de cristal de 1,5 metros de un bozo llorando al final de un pasillo oscuro. Yo diría que soy un tipo duro, pero eso siempre me da escalofríos.
Llegué un poco tarde, pero en mi antiguo trabajo siempre tenía que entrar a las casas de la gente para los controles de calidad y las reparaciones de los problemas relacionados con la internet. Tenía un pedido para arreglar una PC, debía instalar nuevos controles inalámbricos y sacar todo lo que tenía dentro. Por supuesto, había un DVD porno. Bueno, sabiendo que era la habitación de adolescentes, directamente puse el disco boca abajo en su escritorio e instalé las cosas mientras guardaba el DVD en uno de los estuches de juegos. Dejé una nota diciendo que había dejado el juego en su lugar luego de arreglar la PC. Y firmé la nota con un “De nada”.
Probablemente, esto los salvó de ser castigados, porque bueno, todos fuimos pequeños en algún momento…
Nos tocó entregar un lavavajillas y una cocina en una casa que, por fuera, parecía una típica residencia de estilo rancho de clase media. Entramos y vimos que no había paredes en ningún lado de la casa. La instalación eléctrica y los conductos estaban colocados de forma normal, pero no había pared de yeso ni nada. Se podía ver todo, incluidos los dormitorios y los baños. Esto último fue muy evidente cuando instalamos el lavavajillas porque el dueño del lugar fue al baño –que estaba junto a la cocina– y procedió a hacer sus necesidades. Seguía hablando con nosotros y, por desgracia, pudimos ver todo, incluso que no se lavó las manos cuando terminó.
Trabajo en una funeraria, así que voy a las casas de la gente muy seguido. He visto acumuladores y cuerpos en descomposición, pero nada fue más raro que una familia que tenía su refrigerador en la sala de estar. Ni siquiera estaba contra una pared, lo tenían en el centro de la habitación.
Solía hacer reparto de colchones. A la gente no parece importarle que entre a su casa alguien a quien probablemente no volverán a ver, así que no se esfuerzan por ocultar nada. Además, la gente tiene la costumbre de guardar todo en sus camas. Me he encontrado con dinero, armas, juguetes sexuales y droga. Me pasaron cosas increíbles mientras trabajaba allí. Más de una vez, un cliente ha fumado hierba conmigo y me ha dado un poco como propina. También hice entrega en una casa donde estaban teniendo una fiesta y me ofrecieron unos tragos. Una vez, una familia filipina estaba cenando y nos ofrecieron a mí y a mi compañero cenar con ellos. Nos sentamos y comimos unos mini rollos de huevo juntos.
Gatos.
No. No entienden.
Había MUCHOS gatos.
Esta gente tenía un criadero de gatos. El salón era un laberinto de jaulas que iba del suelo hasta el techo. Eran jaulas de alambre con todos los desechos de los gatos y un olor horrible. Entré a esa casa *una vez*; no podía creer lo que estaba viendo.
Luego me enteré de que hacían algo similar pero con cachorros, fuera de un granero, en otra parte de la propiedad.
Trabajo para una empresa de remodelaciones. Una vez, visité a una señora que vivía sola en una enorme casa y tenía una cantidad exorbitante de atrapasueños en, básicamente, todas las habitaciones. Había un atrapasueños especialmente grande (del tamaño de un coche smart) colgado en medio del comedor. Nunca me atreví a preguntarle por qué le obsesionaban tanto.
Actualmente soy subcontratista y trabajo para Health Canada. Voy a las casas de militares e instalo detectores de gas radón. Tengo un montón de historias terroríficas y algunas buenas.
Una vez, fui al sótano de un hombre y había pilas de caca de gato por todas partes. Quiero decir, por todas partes, como más de 50 pilas. Parecía demasiado limpio y ordenado para ser algo natural. Él estaba colocando la caca de gato en esos lugares, o era su caca. Sigue siendo un misterio.
En otra ocasión, toqué el timbre y una mujer me gritó desde el salón para que entrara. Me quité las botas, giré y vi que la pareja estaba teniendo sexo en el sofá mientras veían la televisión, sin mantas, o sea que lo veía todo.
Después de terminar con mi trabajo, subí del sótano y el hombre estaba de pie, con una enorme erección, haciéndome preguntas sobre el gas. Creo que estaban tratando de molestarme o al tipo le gustaba mostrar lo que tenía.
Otra casa a la que fui parecía super normal. Había un hombre mayor, de 50 años, muy educado y su casa estaba muy limpia. Parecía que vivía solo, pero al atravesar la sala para llegar al sótano, me di cuenta de que había un caño de striptease muy pulido en el centro de la habitación.
Aquí una antigua vendedora de telecomunicaciones puerta a puerta. Una vez entré a la casa de una anciana que estoy 100% segura de que es una asesina en serie. El interior de su casa estaba cubierto de miles de muñecas de todo tipo, sobre todo de porcelana: todas las paredes, desde el suelo hasta el techo, y todos los muebles, incluyendo las mesas y las estanterías. También había una vitrina llena de muñequitas, el suelo estaba cubierto de muñecas grandes y el jardín tenía muchas muñecas de cerámica. Fue muy aterrador.
Solía trabajar como repartidor y nos tocó entrar a una casa donde una anciana tenía una cantidad increíble de pájaros. En cada rincón parecía haber una jaula. Olía como si nunca hubiera limpiado ninguna de las jaulas y el hedor era tan fuerte que teníamos que parar de vez en cuando para salir a respirar aire fresco.
