Seguir las normas convencionales de la masculinidad puede traer recompensas sociales y profesionales a algunos niños y hombres. Pero no es algo que sirva para todos.
Por eso, cuando la gente dice que los hombres de verdad no expresan sus emociones abiertamente, que tienen que ser "duros todo el tiempo", que cualquier otra cosa los hace "femeninos" o débiles, hay un problema. Están poniendo a los demás en una caja. Tacha eso. Están encasillando a la mitad de la población mundial.
La cuenta de Twitter Hot Masculinity Takes, que demuestra la frecuencia con la que esto ocurre en Internet, acepta propuestas de personas que encuentran las peores opiniones sobre los hombres en Internet y las comparte en su muro. Tristemente, a juzgar por el número de entradas, no hay escasez de estos casos.
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La persona que está detrás de Hot Masculinity Takes quiso permanecer en el anonimato, pero le dijo a Bored Panda que el objetivo de esta cuenta es simplemente publicar las tomas y dejar que la gente saque sus propias conclusiones.
"Diré que no se trata puramente de 'masculinidad tóxica'", explicaron. "Saco muchas cosas de la 'hombrésfera', pero muchas de las frases son de mujeres que hablan de los hombres, y también incluyo opiniones polémicas de la izquierda".
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), estas "lecciones" culturales se han relacionado con "la agresión y la violencia", dejando a los niños y a los hombres en un "riesgo desproporcionado de disciplina escolar, desafíos académicos y disparidades de salud", incluyendo problemas cardiovasculares y abuso de sustancias.
"Los hombres están sobrerrepresentados en las cárceles, tienen más probabilidades que las mujeres de cometer delitos violentos y corren el mayor riesgo de ser víctimas de delitos violentos", escribió la Asociación Americana de Psicología (APA).
Las presiones de la sociedad, las expectativas de la familia, los amigos y la pareja, e incluso las expectativas de las identidades religiosas pueden ser una carga para un hombre que busca su identidad masculina.
Aunque algunos grupos sociales, políticos o religiosos pueden proporcionar una serie de directrices para una forma sana de masculinidad, los expertos dicen que es mejor que un individuo se atenga a su propia definición, siempre que no se perjudique a sí mismo o a los demás.
