35 Imágenes increíbles que la gente ha visto y que les han hecho decir: «No puedo creer que sea real»

Hay cosas que no podemos creer que sean reales por su valor estético. "La belleza del arte y la naturaleza es tan intensa que a veces es necesario detenerse y asimilarla", escribe la psicóloga Gema Sánchez Cuevas para Exploring Your Mind.

Un paisaje hermoso, una obra de arte fascinante o un poema conmovedor tienen el poder de desencadenar en nosotros una emoción positiva. El catedrático de la Universidad de Barcelona Rafael Bisquerra las denomina "emociones estéticas". Según él, "el arte, o cualquier objeto que genere belleza, puede desencadenar numerosas respuestas en las personas, tanto positivas como negativas, que tienen su origen en la respuesta emocional".

En realidad, no sólo nos conmueven o interesan las cosas agradables a la vista. "Al cerebro también le fascinan las cosas misteriosas que despiertan en nosotros un interés intenso", escribe la psicóloga Valeria Sabater.

Cuando hay un estímulo que combina lo conocido con lo desconocido, inspira, interesa y despierta nuestro cerebro. A nuestras mentes les encantan los misterios y se esfuerzan por resolverlos. Tomemos por ejemplo esa foto del bambú congelado en Kioto. Automáticamente nos hace preguntarnos: "¿Cómo ocurre esto?".

¿De qué otro modo podemos describir este sentimiento de fascinación? Definitivamente es positivo: nos hace sentir felices, alegres, inspirados, interesados y asombrados. Sabater lo llama "un estado psicofisiológico de gran trascendencia".

¿Por qué es tan poderosa la fascinación? Como dice Sabater, "todo estímulo que nos genera fascinación, activa casi instantáneamente nuestro sistema límbico". Esa es la parte de nuestro cerebro que regula nuestras respuestas conductuales y emocionales. "Una vez estimulada esta zona, se liberan endorfinas (hormonas del placer), que incluso pueden ayudar a las personas a concentrarse y fluir con nuevas ideas", escribe Sabater.

La psicóloga también saca a relucir un dato interesante relacionado con el origen de la palabra "fascinar". Tiene sus raíces en la palabra latina "hechizar". En el pasado tenía una connotación negativa y la gente la asociaba con controlar a una persona contra su voluntad. Sin embargo, hoy en día la palabra "fascinar" tiene una connotación desenfadada, que hace referencia a sentimientos de bienestar.

El asombro, primo no tan lejano de la fascinación, también ha sido objeto de una impresionante cantidad de investigaciones. "La gente puede sentir asombro ante un vasto paisaje natural, como Zion o el Gran Cañón, o al escuchar música extraordinaria y compleja. También se puede sentir asombro al presenciar un acto extraordinario de otra persona o al contemplar obras de arte que cambian la forma de ver el mundo", según la Universidad Estatal de Arizona.

La investigadora Michelle Shiota afirma que el asombro es una experiencia exclusivamente humana. "La capacidad de asombro se basa en algo en lo que el ser humano es sin duda el mejor", explica. "Es decir, tomar un mapa mental de las cosas y las personas del mundo y formarse una representación mental interna de esas cosas".

"Cuando estamos en estado de asombro, parte de lo que nuestra mente nos está diciendo es que la experiencia previa no se aplica necesariamente aquí", prosigue. "Lo que creemos que está haciendo es promover un estado cognitivo y conductual, y quizá incluso un estado fisiológico, que facilita la asimilación de la información".

Así que concéntrate en estas imágenes de la naturaleza y de otros lugares que hemos encontrado en el subreddit r/CantBelieveThatReal . No temas "quedarte perplejo", como dice Shiota, y sumérgete en el asombro que provocan estas imágenes. Al parecer, es muy bueno para tu bienestar.