La gente comparte cosas que sus mascotas les han condicionado a hacer accidentalmente (25 respuestas)
El entrenamiento de animales es, sencillamente, una manipulación del comportamiento. Les enseñamos a responder a condiciones específicas o estímulos para varios propósitos, como acompañamiento, protección y entretenimiento. Sin embargo, a veces se intercambian los papeles.
La semana pasada, el usuario de Reddit Bb345687 preguntó en la plataforma "¿Qué te ha condicionado a hacer tu mascota de forma accidental?" y se volvió viral al momento.
"En realidad lo pregunté como respuesta a otra pregunta, "¿Qué has condicionado a tu mascota a hacer accidentalmente?". Este tipo de preguntas a la inversa son muy comunes, pero suele ser sobre hombre y mujeres y pensé que sería divertido incluir a las mascotas en la conversación," cuenta el usuario.
Desde cambiar el agua del cuenco a despertarse pronto, las respuestas no paran de llegar y ya hay más de 11.000. Parece que nuestras mascotas se han vuelto muy buenas para conseguir lo que quieren de nosotros.
(Las fotos usadas en este artículo son fotos de catálogo y no pertenecen a las personas que comentaron)
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Mi gato me ayuda con mi síndrome postraumático. Hace años, hombres armados entraron a la fuerza en mi casa, y cada vez que oigo ruidos fuertes que no reconozco, me provocan ataques de pánico. Mi gato tiene mejor oído que yo, y ya a la puerta si oye cualquier cosa. Así que miro al gato para ver si está preocupado por los ruidos antes de que se dispare mi ansiedad. Ha mejorado mucho mi bienestar mental.
"Una vez intentaba entrenar a mi gato para que usara el rascador en vez de la alfombra, así que cada vez que lo hacía bien, le daba una golosina. Pero aprendió a esperar la golosina, y cada vez que rasca, viene a por ella. Ahora yo voy a coger por instinto la bolsa de golosinas cada vez que la oigo usar el rascador," cuenta Bb345687.
Mi esposa se ha levantado de la silla favorita del gato, después de que este viniera y le maullara. Lo más gracioso es que no es nuestro gato.
"He aprendido lo parecidos y a la vez diferentes que pueden ser nuestras mascotas. Mucha gente tenía historias divertidas o adorables de cómo les manipulan sus mascotas, pero cada una era única y conmovedora. Resalta el papel importante de nuestras mascotas en nuestra vida diaria."
Me quedo en la cama una hora extra cada mañana, trabajando con el móvil, para que Gypsy tenga unos mimos. Cuando suena la alarma, viene corriendo y anuncia su alegría por tener a su humano despierto para que le mime. Le doy mimos 10 minutos y luego se acurruca. Y yo me quedo ahí sin moverme para no molestar al gato. Los días que no oye la alarma y me ve entrar al salón se queda decepcionado.
Mi gato tiene 3 patas y no puede enterrar su caca. Ahora le persigo para tapar sus cacas o le da ansiedad. Soy oficialmente el tapacacas.
Cada vez que mi perro me escucha cabrearme o frustrarme, corre hacia mi, se apoya en mi brazo o pierna y me mira preocupado. Esto me ha hecho consciente de mi impacto en los demás y me ayuda a controlar la rabia. Es el mejor perro.
El perro de mi madre le avisa de la hora de la cena. La de mi madre, no la suya. El perro sabe que su cena viene después, así que la empieza a molestar para que cocine. Cuando voy a verla, vi que el perro se sentaba mirándola fijamente unos 30 segundos y de repente ella miraba el reloj y decía "creo que debería preparar la cena", sin darse cuenta.
Cuando llego a casa, mi perro viene a saludarme contento, haciendo un sonido como "woowooowoo" y yo comencé a responderle haciendo lo mismo porque era divertido. Ahora si no lo hago, comienza a ladrar ruidosamente. Así que me ha entrenado para que tenga esta conversación "woowoowoo" para que no se ponga a gritarme.
Cuando regaño a mi perro, este da con la pata en el suelo. Cuando era un cachorro, para demostrarle que decía las cosas en serio, es lo que yo hacía, y lo aprendió. Ahora le ha enseñado a mi hijo, que también patea el suelo.
El gato de mis padres quiere beber agua del grifo antes de dormir. Así que se sube al lavabo y maulla hasta que le abren el grifo. Cuando termina, maulla para que cierren el grifo y le lleven a la cama.
Antes de salir a correr por las mañanas, me como un plátano. Desde que tengo perro, me como 2 tercios del plátano y él se come el último. Es como un acuerdo tácito.
Tiro trocitos de comida al suelo. Un día me vi a mi mismo en la oficina tirando al suelo un trocito de pavo porque estoy acostumbrado a tener 2 perros al lado todo el rato. Me di cuenta y lo limpié, pero mis compañeros pensaron que estaba loco.
El verano pasado mi gato pasó unos días en el veterinario. Mi casa se sentía vacía y me di cuenta de que todo lo que hago es para mi gato: miro donde piso, vuelvo a casa deprisa del trabajo para que no se estrese, miro la lavadora antes de meter nada. No sé qué haría sin él.
Cuando voy al retrete, espero que entre mi gato antes de cerrar la puerta, porque le gusta acompañarme. Si no viene, le llamo, y si sigue sin venir, le busco por la casa.
Cuando mi gato hace algo malo, le bufo de forma no agresiva, solo para que deje de arañar el sofá y eso, ya que no entiende el concepto de NO. El otro día un amigo me molestaba y por costumbre le bufé. Todos me miraron como si fuera un psicópata.
Hablo con voz femenina a mi perro, ya que antes de adoptarlo fue maltratado y tiene miedo de los hombres. Soy un hombre, así que cambio la voz cuando le hablo.
Tuve a mi perro Snoopy a los 10 años, le gustaba mucho la lechuga. Así que cada vez que me preparaba algo de comida con lechuga, le dejaba algo extra para él, y se convirtió en un ritual. Murió hace 5 años, tras 17 años de vida, y sigo cogiendo lechuga extra para él, es un modo de recordarlo.
Uno de mis perros tiene distintos tipos de ladrido. Tiene uno que llamamos "de emergencia", cuando hay peligro, que siempre nos hace saltar. Lo guarda para veces como cuando me caí por las escaleras y llama a mi marido para pedir ayuda. Sin embargo, desde que mi marido trabaja desde casa, usa este ladrido si está trabajando hasta después de las 4. Para evitarlo, mi marido deja de trabajar a las 3:50.
Mi gato duerme acurrucado a mi lado bajo la manta. Incluso cuando voy a un hotel levanto instintivamente la manta un poco para que pueda entrar.
Abro con cuidado las cosas con papel de aluminio. Si mi gato lo oye se vuelve loco, a pesar de tener 24 bolas de papel de aluminio ya. No viene si le das una golosina, solo si oye papel de aluminio.
Cuando está oscuro, arrastro los pies en vez de caminar, para no pisar a mi pequeño gato negro.
Duermo con la mano colgando por el borde de la cama porque así mi perro me toca cuando quiere salir a pasear por la mañana
Cuando comemos en la mesa, mi gato se sienta en una silla, y da con la patita en la mesa hasta que le damos comida. Se sienta durante toda la cena.
Le hago ruiditos de besos a las cosas. Solía hacerlo para llamar la atención de mi gato, ahora lo hago sin querer a todo lo que quiero. A veces eso incluye a la gente.
Me escondo bajo la sábana a los segundos de despertarme porque ya sé cuando vendrá mi gato a insistir en que me levante.
