Desde que la gente se dio cuenta de que la negatividad descarada suele atraer más atención, parece que las publicaciones se han visto inundadas de pesimismo. Así que a veces es agradable hacer una pausa y dejar que la mente se reactive con memes positivos para variar.
El grupo de Facebook “Wholesome Memes” se dedica a compartir publicaciones que podrían alegrarte el día. Así que ponte cómodo mientras navegas, vota por tus favoritas y no olvides añadir tus propias ideas en los comentarios.
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Los momentos de bienestar conectan con ese profundo anhelo de seguridad y simplicidad que subyace a nuestras ocupaciones habituales. Cuando vemos a un niño compartiendo un juguete preciado con otro, o a dos personas mayores compartiendo un helado en un banco del parque, recordamos que la conexión humana no siempre requiere grandes gestos; a veces son los pequeños gestos auténticos los que más nos conmueven. Esos momentos calman nuestro bullicio interior y nos invitan a respirar con más calma.
Una de las cosas que hace que algo se sienta reconfortante es que sea real. En un mundo lleno de selfies performativas y videos ensayados, ver bondad pura o sorpresa real es como un soplo de aire fresco. Un video de un soldado sorprendido por unos cachorros resuena porque ninguno de los dos actúa para obtener "me gusta"; simplemente se divierten.
Esa alegría desbordante se siente como evidencia de que la bondad aún existe más allá de los algoritmos. La nostalgia también reivindica su papel principal en nuestra sensación de bienestar. Una caricatura de una cena familiar o un video casero en blanco y negro de niños jugando con aspersores nos transporta a momentos sencillos, aunque no hayamos vivido ese momento en persona.
Añadimos nuestros recuerdos de infancia, fiestas de cumpleaños, juegos de bloques, momentos en la oscuridad del umbral de la cama, a esas imágenes e historias, y la calidez resultante se extiende desde nuestra juventud a ese momento común. La empatía la hace más efectiva. Cuando vemos a otra persona recoger la basura sin que se lo pidan, o llevar sopa a un vecino enfermo, nuestro cerebro se activa de la misma manera que si lo hubiéramos hecho nosotros mismos.
Esa respuesta de las neuronas espejo libera una oleada de oxitocina, la "hormona del abrazo", y nos conectamos, nos relajamos y nos sentimos satisfechos. En efecto, experimentamos el acto de bondad dos veces: una indirectamente y otra cuando estimula nuestro propio deseo de cuidar.
Inocentemente, o con cariño, los animales son éxitos tradicionales, reconfortantes y perennes. Un gatito saltando juguetón sobre un perro dormido, o un cabrito corriendo asombrado, despierta nuestro instinto de crianza. Estas experiencias no obedecen a un propósito, sino que nos conectan con la realidad de que el asombro puede ser simple y sin palabras. Ver a los animales sentir puro deleite y felicidad ofrece un respiro inocente de las telenovelas humanas.
La g con la a hace ga...la t con la o hace to...ga-to....
Heredaste patrimonio? Cuídalo. Heredaste humanidad? Que se note
Finalmente, el contenido positivo genera su propio efecto dominó. Subir un video de una abuela bailando con su nieto o compartir una foto de cachorros apilados en una canasta es un abrazo online que crea vínculos a pesar de la distancia. Por lo tanto, lo reconfortante es a la vez catalizador y contenido: nos tranquiliza en el momento, pero nos inspira a transmitir ese mensaje en nuestra propia vida.