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El año pasado, cuando vi en el calendario que un feriado se acercaba, no dudé en buscar un lugar para disfrutar de unos cuantos días libres. Automáticamente se me vino a la mente la ciudad de Playa del Carmen, por lo que emprendí viaje hacia el lugar más encantador que he conocido.
Recuerdo que llegué a su aeropuerto internacional alrededor de las 22 hs. El viaje me había agotado por completo. Un vez instalado en un encantador hotel bajé de mi habitación, miré a mi alrededor y en cada punto había restaurantes, discotecas, bares y miles de sitios por conocer. Así que me dirigí a una de las tantas discos y pasé una noche de maravillas, bailé, disfruté de sus cócteles y su música. Sin dudas, unas de las mejores noches que pasé en mi vida.
Al día siguiente, me levanté y desayuné en el comedor del mi hotel. La verdad costó decidirme por uno ya que hay una amplia variedad de hoteles en Playa del Carmen. Luego me fui a una de las tantas hermosas playas que hay en este paraíso mexicano. Sus doradas arenas y el Mar Caribe es la combinación perfecta para aquellos que buscamos un momento de relajación. Mientras me encontraba tomando sol, observé que un grupo de locales recorría el intenso mar azul a bordo de motos acuáticas, imagen me despertó en mí la curiosidad por experimentar esa sensación. Alquilé una de ellas y recorrí gran parte de las playas aledañas a las que me encontraba. Por la noche el cansancio le ganó a mis energías así que me fui a dormir escuchando el sonido de las olas.
El sábado lo dediqué a recorrer la ciudad. De esta manera, me encontré con una amplia variedad de locales donde comprar algunos regalos y recuerdos de la ciudad. Desde grandes centros comerciales hasta puestos con artesanías, la verdad una gran oportunidad para invertir los ahorros y llevarse el mejor recuerdo. Por la tarde realicé un tour en Xcaret, un maravilloso parque eco-arqueológico donde aprendí mucho sobre la historia maya. Quedé perplejo por semejantes edificaciones de esta civilización. Pero no todo es historia en este complejo, también pude disfrutar de sus cristalinas aguas y de sus fabulosas playas. Ya por la noche regresé al hotel y me dirigí a uno de los tantos restaurantes que pueblan la ciudad, para luego irme a dormir temprano. ¡Al otro día tenía que emprender mi regreso!
El domingo el desayuno lo tomé temprano, armé mi bolso y cerca del mediodía me tomé un taxi hacia el aeropuerto. Seguramente no pude realizar un montón de actividades que esta bella ciudad ofrece, sin embargo pasé unos hermosos días.
Este fue mi tour por la ciudad de Playa del Carmen, un maravilloso viaje en el que mi cabeza regresó repleta de bellos recuerdos y pude desprenderme de la rutina laboral.

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Más información: www.tukanhotels.com