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Sin duda, a la gente le encantan los relatos sobre perros. Todas esas historias sobre adorables y peludos perros cuyos dueños los visten con elegantes prendas, los fotografían en el coche o durante los paseos, o inventan divertidos conceptos para las sesiones de fotos… Pues, en esta historia, no habrá nada así. Y, en realidad, no se trata enteramente sobre el perro.

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Dejémoslo en claro: esta historia ocurrió hace bastante tiempo, a mitad de la década de 1980, cuando, luego de un noviazgo de 6 años, los padres de la autora se casaron y decidieron adoptar un perro juntos.

Así, esta historia, que obtuvo más de 81 mil reacciones variadas en una publicación en Tumblr, se remonta a 1987, antes de que la autora naciera. Los padres de su mamá siempre habían adorado a los animales y, cuando se casó, ella ya tenía un perro, que falleció debido a una enfermedad. Allí fue cuando la pareja decidió ir a un refugio y adoptar un perro nuevo.

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Más información en: Tumblr

Los padres de la autora se casaron en 1987 e, inmediatamente, decidieron adoptar un perro juntos

Image credits: Tim Weller (no es la foto real)

En el refugio, de inmediato les ofrecieron no solo una perra, sino una “perra especial” para dueños experimentados, e incluso le dieron un descuento. La perra (de más de 45 kilogramos) se llamaba Mazel y, en seguida, se ganó los corazones de sus nuevos dueños. Luego, cosas extrañas comenzaron a suceder…

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Image credits: gallusrostromegalus

La perra se llamaba Mazel y se comportaba de forma bastante extraña: abría los pestillos y cazaba ardillas sin ladrar

En pocos minutos, Mazel aprendió a abrir los pestillos de todas las puertas de la casa. Más adelante, la mamá de la autora se dio cuenta de que, prácticamente, no ladraba, pero que cazaba ardillas con bastante éxito y se las llevaba a la mujer como una especie de trofeo.

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Image credits: gallusrostromegalus

Finalmente, los padres de la autora decidieron llevar a Mazel al veterinario

Mazel sabía bien todas las órdenes, pero siempre se tomaba un poco de tiempo antes de obedecer. En resumen, los dueños decidieron llevarla al veterinario para chequear que todo estuviera bien.

El Dr. Hamada, el veterinario, entró en la sala de espera, dejó caer su portapapeles y preguntó: “¿De dónde rayos sacaron un lobo?”.

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Image credits: gallusrostromegalus

Mazel resultó ser una mezcla de lobo con husky, por lo que el veterinario les advirtió que deberían tenerla alejada de niños pequeños

Resulta que Mazel era un híbrido de lobo y, probablemente, un husky. El Dr. Hamada, al notar que los padres de la autora tenían mucha experiencia, no se opuso a que la cuidaran, pero les advirtió que tendrían que mantener a la perra-lobo lejos de niños pequeños…

Y, dos años después, mi madre quedó embarazada…

Image credits: gallusrostromegalus

La perra-lobo aceptó al nuevo bebé como si fuera su propio cachorrito

En suma, cuando la autora era bebé, llegó a casa y Mazel inmediatamente la aceptó con alegría como si fuera un cachorrito recién nacido, aceptando la responsabilidad de cuidarla. Mazel dormía debajo de su cuna, ayudó a la niña a aprender a caminar al dejarle que se tomara de su grueso pelaje y, un día, el Dr. Hamada se horrorizó al ver que la niña metía la cabeza en la boca de Mazel para observar sus dientes.

Image credits: gallusrostromegalus

Mazel fácilmente ganaba las competencias escolares del Día de la Mascota

Mazel creció junto a la autora y, más adelante, ayudó a criar a su hermana más joven. Por supuesto, las niñas tenían que peinar mucho pelo, asegurarse de que no abriera el refrigerador y que no se comiera todo lo que estaba allí; pero, por otro lado, fácilmente ganaba las competencias del Día de la Mascota y acompañaba a las hermanas hacia y desde el colegio, con mucha alegría.

Image credits: Tim Weller (no es la foto real)

Cuando Mazel tenía 17 años, los padres de la autora decidieron hacer algunas reparaciones en la casa y, todos los días, los trabajadores tenían que apaciguar a la perra-lobo con hamburguesas, hasta que vieron la forma en la que la hermana pequeña de la autora manejaba con facilidad a la “bestia terrible”.

Image credits: gallusrostromegalus

Mazel falleció pacíficamente a la edad de 19 años

Mazel terminó viviendo hasta los 19 años. Como lo cuenta la autora, en este caso, la Muerte decidió esperar a que la perra-lobo se durmiera para que no le quitara su guadaña al confundirla con un juguete…

Image credits: gallusrostromegalus

Por supuesto, no estamos seguros de que alguno de ustedes tenga una historia así, pero los perros son tan increíbles que todos ellos tienen una gran personalidad y son una fuente interminable de grandes relatos. Así que siéntanse libres de contar sus historias: sabemos que serán igual de increíbles que Mazel.