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Esta niña de 12 años no tenía nada que hacer durante el confinamiento, así que su madre, experta en bricolaje casero, le pidió que le ayudara en casa. Pero una vez que empezó, no pudo parar.

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Susie Levache vive en Kent, Reino Unido, y dice que su hija Bea es rebelde, decidida, divertida y creativa, así que es normal que la niña quisiera usar bien su tiempo libre extra. «Durante el confinamiento, se quejaba de aburrimiento mientras yo intentaba hacer renovaciones en casa. Para «enseñarle una lección», le pedí que midiera una pared que iba a cubrir de paneles. Luego le enseñé a usar la mesa de trabajo y la sierra de mano, y antes de darme cuenta, ya había puesto ella sola los paneles.»

Pronto la aprendiz decidió seguir con el resto de la casa, y su madre se alegró de supervisarla y guiarla.

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«Ella es muy precisa cuando mi estilo es más descuidado, así que lo que iba a ser una lección de su madre experta ha acabado siendo lo contrario, al demostrar lo buena y capaz que ella podía ser.»

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«Cuando cogió confianza, empezó a sugerirme ideas»

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«Por ejemplo, para la renovación de la cocina, tuvimos que usar lo que teníamos, porque las tiendas estaban cerradas, así que recomendó pintar las alacenas desiguales, y quedaba genial»

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Levache le dijo a su hija que probara lo que quisiera, ya que tenía todo el tiempo del mundo para arreglar los errores. Esto evitó tensiones y ayudó mucho a Bea. «Ahora usa la sierra de mano, el taladro eléctrico, la lijadora y el cortador de azulejos con toda confianza. Hasta probó a hacer plantillas, y su próximo proyecto es renovar el cuarto de su hermano usando conocimientos de carpintería.»

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Hasta Caper, el perro de la familia, disfrutó con todo esto

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«Al principio estaba muy preocupada, pero con algo de ayuda y sabiendo que no había riesgos, siguió adelante»

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A Levache le gusta mucho reciclar y contribuyó en gran parte a la renovación: «Me encanta reutilizar y que el proceso sea circular, así que tengo un montón de mangos viejos, marcos y muebles rotos en el cobertizo, junto con pintura de anteriores trabajos.»

«El presupuesto fue pequeño porque ya teníamos madera, cola, pintura y piezas, así que solo nos gastamos entre 100 y 150$ en cosas extra. Pero todo lo demás, o bien lo sacamos del ático, o pintamos cosas de otras habitaciones para darles una nueva vida. Tuvimos una semana muy productiva, hicimos muchas habitaciones en unos 10 días y aún seguimos.»

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La madre dijo que conoce a unas cuantas personas que quieren cambiar su casa pero no creen tener conocimientos o confianza para intentarlo, así que ella y su hija reciben mensajes de madres, esposas y niños de varios países diciéndoles que han redecorado algo y cambiado su espacio, gracias a ellas.

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«The one thing we keep saying is, ‘If we can do it, anyone can’. And you don’t have to spend lots of money»

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Desde entonces, el proyecto casero de esta familia ha crecido, y este es un poco el aspecto que tiene ahora

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A la gente le encantó la transformación