Ha llegado el momento de ser justos luego de todos aquellos momentos en los que hemos hablado de parejas con relaciones increíbles, mejores amigos, cómplices y demás que no solo viven bajo un mismo techo sino que nos han hecho preguntarnos qué demonios hemos hecho para merecer vivir solos. Todos sabemos que es mucho más sencillo sobrevivir a la melancolía otoñal, las rupturas, los días difíciles en el trabajo y cualquier otro desafío que se nos presente en la vida si tenemos un hombro sobre el que llorar. Realmente lo sabemos, ¿vale?
Así que cuando alguien realizó en r/AskReddit la tan esperada pregunta: “¿Cuáles son aquellas ventajas totalmente infravaloradas de vivir solo?”, aquellos lobos solitarios que prefieren no revelar ni su código postal consideraron que era el momento perfecto para celebrar su soledad. Las respuestas no tardaron en llegar demostrando la alegría de estas personas ante cosas tan simples como no tener que esperar para poder ir al baño y tener el control total sobre la calefacción y el aire acondicionado.
Es decir, puedes hablar en voz alta contigo mismo, olvidarte de los modales y la cortesía, dejar las responsabilidades de lado y entregarte a la dulce sensación que provoca no hacer absolutamente nada… ¿No es esto acaso lo más cerca que estaremos alguna vez de la libertad en su máxima expresión cuando vivimos en una sociedad en la que ya nadie se siente libre?
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Puedes encontrar cada objeto de tu casa exactamente donde lo dejaste la última vez que lo usaste.
Bored Panda habló con Susan Petang, asesora en divorcios certificada y creadora de “The Quiet Zone Coaching”, quien les enseña a las mujeres como dejar de sentirse abrumadas para volver a ser felices. Susan estuvo encantada de compartir algunas de sus opiniones respecto a aquellas ventajas de vivir solo que a menudo solemos ignorar y cómo podemos aprovecharlas al máximo.
“A veces, es muy agradable poder estar solo. No tienes que preocuparte por las necesidades de otras personas, puedes irte a dormir cuando quieras y despertarte cuando tengas que hacerlo sin tener que adaptarte a los horarios de alguien más”, dijo Susan.
“¿No quieres comer algo saludable para la cena? ¡No hay problema! ¿Quieres cenar a las 11 de la noche? No te preocupes, no hay nadie a quien te tengas que adaptar. Puedes comer lo que te guste sin tener que preocuparte por las preferencias de otra persona, así como también ver la televisión y jugar durante todo el tiempo que quieras. Si quieres trabajar hasta las tres de la madrugada, puedes hacerlo sin pensar en que estarás molestando a otra persona. Tus vacaciones pueden ser donde TÚ quieras haciendo lo que más tengas ganas de hacer”.
Todo es parte de tu propio desorden. No quiero limpiar las cosas de los demás, ni tampoco tener que regañar a alguien para que se digne a hacerlo. Puedo tener una gran cantidad de platos para lavar y dejarlos allí por una semana si quiero. Se siente bien.
Ah, y también tirarte un pedo del que te sientes super orgulloso sin vergüenza o tener que contenerte.
De hecho, Susan describe vivir solo como “lo último en cuidado personal” y explicó que “puedes plantar lo que quieras en el jardín, darte todos los baños que quieras a la luz de las velas y leer lo que quieras sin pensar en las necesidades de otra persona”. Por otro lado, tiene algunos inconvenientes. “No tienes a nadie con quien compartir las tareas del hogar por lo que nadie más que tú tendrá que hacerse cargo de sacar la basura, limpiar el arenero del gato y llevar a pasear al perro. Si te enfermas, no tendrás a nadie para ayudarte, ni para hacerte un caldo de pollo”.
Existen muchísimas ventajas, pero la principal es no tener que lidiar con otras personas y todos sus malditos problemas.
Es más, eres responsable de pagar todas las cuentas, argumentó Susan. “Siempre es mucho más fácil con dos fuentes de ingreso, al estar solo, perder tu empleo puede llegar a ser muy aterrador. Cuando regresas a casa del trabajo, no tienes a nadie con quien compartir lo que sucedió en el día, reírte y juguetear. Sí, puedes irte de vacaciones con un amigo, pero no es lo mismo”. La asesora personal agregó que una de las más grandes alegrías de la vida es hacer cosas por los demás. “Cuando vives junto a otra persona, ¡puedes experimentar esta alegría todos los días!”
Tienes control total sobre la calefacción y el aire acondicionado, lo cual es algo muy infravalorado ya que literalmente tienes poder sobre tus gastos y/o comodidad.
No es de extrañar que vivir solo pueda volverse algo bastante solitario. Susan dijo que la mejor manera de evitar la soledad es el método CAP: Ser consciente, agradecido y positivo, y explicó: “Ser consciente quiere decir que, en lugar de arrepentirte de lo que sucedió en el pasado o condicionar tu felicidad en algún acontecimiento futuro (¡que podría o no llegar a suceder!), debes enfocarte en el momento en el que te encuentras en tu vida. ¡Nos pasamos el 100% de nuestras vidas en el “ahora”! Está bien recordar el pasado y hacer planes a futuro, pero disfrútalos cuando sea oportuno. Céntrate en lo que estás haciendo, sintiendo, percibiendo y observando en el momento. Experimenta cada momento y sé curioso al respecto. Sumérgete en él sin importar si es bueno, malo o neutro”.
Puedes dormir la siesta en cualquier momento porque tienes la tranquilidad necesaria para hacerlo.
“Con respecto a ‘ser agradecido’: Si nos enfocamos en el momento, en el ahora, entonces tiene sentido que tratemos de hacerlo de la mejor manera posible, ¿no? Entonces piensa, ¿qué tiene de bueno? ¿Qué es lo que puedes aprender de él por muy pequeño que sea? Asómbrate con los árboles, la lluvia, la nieve y el sol que ves desde tu ventana; sorpréndete con la tecnología que nos facilita la vida como, por ejemplo, los móviles, la televisión y las computadoras. Agradece hasta la más mínima de las ‘victorias’ que ocurren en tu vida como el haber recordado tirar la basura, tener el dinero suficiente para pagar la luz o la comida necesaria para hacer la cena. Haz que ‘Lo mejor de este momento es…’ se vuelva tu mantra”.
“Ser positivo quiere decir que, en lugar de pensar: ‘¡Esto es una m*erda!’, ‘Detesto estar solo…’ o ‘Nunca encontraré a nadie con quien compartir mi vida’, debes convertir ese monólogo negativo dentro de tu cabeza en algo positivo. Puedes pensar: ‘Puedo ver lo que sea que tenga ganas en la televisión’, ‘Me encanta poder comer cuando tengo ganas’ y ‘Quizá algún día encuentre a alguien ¡pero de momento disfrutaré de mi libertad!’”.
Puedes hablar en voz alta contigo mismo (lo cual es algo que hago a menudo porque trabajo desde casa) y no hay nadie cerca que vaya a pensar que eres raro.
Cuando vivía sola, limpiaba la casa y esta se mantenía limpia por un tiempo. Ahora, cada vez que la limpio parece que bastaran solo 10 minutos para que vuelva a ser un desorden.
Susan explicó que no es estar solo lo que te hace sentirte solo, lo que te hace sentir mal es lo que piensas al respecto y la forma en que lo percibes. “Entonces, ¿realmente tienes ganas de sentirte mal? Debes cambiar la forma en la que percibes la soledad y enfocarte en sus beneficios, en su parte positiva. Concéntrate para poder resolver aquellos problemas que surgen de la soledad, en lugar de quejarte sobre ellos. Conciencia + Gratitud + Positividad = Felicidad”, concluyó la especialista.
No hace falta que andes de puntillas por la casa por miedo a despertar a tu compañero de piso/familia.
No tienes que ver películas horribles, esperar para poder usar el baño o darte una ducha, puedes comer lo que quieras y hasta decorar la casa como más te guste.
Llegar a casa y no tener que encontrarte con los platos sucios de otra persona en el fregadero.
Adquieres diversas destrezas para la vida diaria como pagar las cuentas, limpiar, saber gestionar tu tiempo, etc. Acabas aprendiendo todas estas cosas gracias a la experiencia.
Sabes exactamente dónde se encuentra cada cosa y no hace falta hacer concesiones. Todas mis cosas están ubicadas en el lugar perfecto.
