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El entorno en el que crecemos ayuda a moldear el tipo de personas en que nos convertimos. Por eso, es muy importante, entre otras cosas, el tipo de relación que tengamos con nuestros padres. Muchos progenitores dedican su vida entera a sacar adelante a sus hijos, tratando de darles un futuro mejor, y son varios los no se olvidan de todo lo que su familia hizo por ellos.

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Algunas personas están tan orgullosas de sus orígenes que los llevan como estandarte: para ellos el lugar de donde vienen es su carta de presentación al mundo. No les temen a las críticas de una sociedad que puede llegar a ser muy despectiva con las circunstancias del otro.

Es el caso Anna Sueangam-Iam, la representante de Tailandia en la edición número 71 del famoso concurso de belleza “Miss Universo». La joven de 24 años deslumbró a todos los presentes cuando desfiló por la pasarela con un resplandeciente vestido confeccionado a partir de anillas de latas de bebidas de aluminio recicladas creativamente y combinadas con cristales de Swarovski. Según la marca que lo diseñó: “El vestido debe estar conectado espiritualmente a la persona que lo lleve puesto”.

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Esta es Anna Sueangam-iam, que representó a Tailandia el pasado 14 de Enero en el certamen de Miss Universo. Aunque no ganó el concurso, sí se llevo el premio al mayor impacto social

Image credits: annasnga_1o

Precisamente, esta prenda está conectada de forma profunda con Anna, y ella lo utilizó para hacerle saber al mundo su historia. Y es que la Miss Tailandia tuvo una vida dura, al crecer su familia y ella no tuvieron el mejor pasar. Creció con padres recolectores de basura, por lo que su vida transcurrió, según sus propias palabras, “entre montones de basura y materiales reciclables” y esa fue la inspiración para el vestido a modo de homenaje. Quería mostrarle al mundo la belleza y valía que hay entre lo que los demás pueden considerar “sin valor”.

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Anna se crió en la pobreza, su padre era recolector de basura y su madre barrendera, y por ello se burlaban de ella llamándola «reina de la basura»

Image credits: annasnga_1o

La modelo se crió en un barrio pobre de Bangkok junto a su abuela, una monja budista, en un templo donde comía las sobras. Tuvo que luchar para recibir educación, y la diferencia con sus pares era notoria. Como sus padres no podían pagarle el colegio, para poder costearlo tuvo que ingeniárselas: obtuvo puntos de mérito, recolectó botellas de plástico para reciclar, limpió baños e incluso donó sangre cada semestre. Ella ahora alza su voz sobre la importancia del acceso a una educación de calidad. En esa línea, lucha por lograr cambios estructurales que aseguren el bienestar y salud de las personas para que puedan asistir a centros educativos. Anna colabora con distintas organizaciones cuyo objetivo es trabajar para cambiar el futuro educativo de los niños tailandeses.

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Pero Anna ha conseguido progresar en la vida, ¡solo hay que ver dónde está ahora! Aunque desde luego, no ha olvidado sus orígenes, y lo demostró durante el concurso con este magnífico vestido

Image credits: missuniverse.in.th

Anna logró graduarse con honores de la universidad de Kasetsart con el título de Licenciada en Artes de la Facultad de Artes Liberales y Ciencias. Además de su carrera de modelo, es actriz e influencer. Con su altura de 1,75 metros y belleza natural logra cautivar a cualquiera, pero también usa su plataforma para hablar de causas que le son de importancia, como pronunciarse en nombre de los menos privilegiados de la sociedad. Ella dijo: “Muchos de nosotros somos desfavorecidos no porque seamos ‘vagos’ o ‘insensatos’, sino porque carecemos de oportunidades y ‘políticas públicas’ que nos ayuden a romper el círculo de la pobreza”. Así, remarcó la estigmatización en torno a la pobreza y la necesidad de una infraestructura inclusiva que trabaje para el bienestar igualitario de todos los miembros de un país.

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Diseñado por Manirat, el vestido tipo halter largo está hecho de anillas de latas de refrescos, hechas de aluminio, y decorado con cientos de cristales Swarowski que la hicieron relucir

Image credits: missuniverse.in.th

La modelo era una de las favoritas de la crítica y el público debido a su talento mostrado previo a la gala, historia de resiliencia y elocuencia; aún así no pudo alzarse con la corona. A pesar de eso, debido a su impacto fue galardonada con el premio especial “Impact Wayv” valuado en 10.000 dólares.

A los que alguna vez se refirieron a ella peyorativamente como ‘Miss basura’ por soñar en grande, Anna les demostró que no hay límite para conseguir lo uno quiere; ella ya ha dejado su huella al mostrar lo que significa la verdadera belleza, esa que está en valorarse a uno mismo.

«Este vestido fue inspirado por el entorno familiar de mi infancia. Creciendo con padres recolectores de basura, mi vida de niña estaba entre montones de basura y reciclables»

Image credits: missuniverse.in.th

La actual Miss Tailandia no es la única que no se olvida de sus padres. Una compatriota suya, Mint Khanittha Phasaeng, coronada como “Miss Uncesored News Tailandia 2015” se mostró tan agradecida con su madre que se arrodilló para demostrarle su gratitud. La madre la había criado sola mientras trabajaba en el reciclaje de basura, donde también trabajó la Miss Tailandia. Con este gesto, Mint se mostró orgullosa de la vida que tuvo.

«Este vestido único fue hecho intencionalmente a medida con materiales desechados y reciclados, concretamente las anillas de las latas para presentar al UNIVERSO lo que muchos consideran inútil, posee su propio valor y belleza»

Cuando de reciclar se trata, la utilización de materiales reciclables para confeccionar prendas (como botellas de plástico, diarios y revistas, sacos de té) cada vez es más común, y muchas marcas se están sumado a esta alternativa para cuidar el medio ambiente.

A pesar de que al principio recibió muchas críticas por ello, Anna no se amedrentó y siguió adelante, y así se llevó el premio al mayor impacto social durante el concurso

Image credits: missuniverse.in.th

En España, un ejemplo de ello es la firma Ecoalf, que cubre el 75% de la materia prima necesaria para su producción de ropa con materiales recuperados, como poliéster extraído de botellas PET del fondo del océano, así como también lana, algodón, y neumáticos. También en España tenemos a Thinking Mu, que, además de materiales reciclados, incorpora materiales orgánicos producidos bajo criterios de comercio justo (cáñamo ecológico, tintes sostenibles, PET reciclado, algodón orgánico o tencel), Lindissims, quienes ofrecen una amplia variedad de leggins 100% ecológicos, e IAIOS, que se especializa en la confección de alegres y coloridos jerseys, además de camisetas y accesorios, a partir de hilo reciclado de los retales y telas sobrantes de fábricas. Por otra parte, en America Latina contamos con marcas de ropa sustentable como Luma Baez y Docena, que aplican el concepto de upcycling o suprareciclaje, al aprovechar piezas y retales de otras prendas para generar nuevos tejidos.

«No debes quedarte en el entorno turbio donde naciste, sino creer que tienes el poder de cambiar tu vida a mejor»: este es el mensaje de Anna para el mundo

Image credits: missuniverse.in.th

Como podrán ver, queridos Pandas, el vestido de la Miss Tailandia es solo un ejemplo de un movimiento mundial que, afortunadamente, parece encontrarse en expansión. Y la historia detrás de esta prenda no solo nos concientiza sobre el cuidado del medio ambiente sino también sobre la compleja situación social en Tailandia, y en muchas otras partes del mundo donde se vive una realidad similar. ¿Qué opinan ustedes? ¡No se olviden de dejar sus comentarios más abajo!

Aquí puedes verla luciéndolo ante las juezas del certamen ¡Mucha suerte en el futuro, Anna!